La Razón (Cataluña)

Una herida todavía abierta

- Anders Ravik Jupskås Anders Ravik Jupskås es investigad­or y subdirecto­r del Centro de Investigac­ión sobre Extremismo de la Universida­d de Oslo

Diez años después de la tragedia de Utoya no hay un monumento oficial cerca de la isla. La matanza perpetrada por Breivik, ¿aún divide a los noruegos y a la clase política?

Hay muchas razones por las que no existe un sitio conmemorat­ivo. Para resumir, hemos elaborado algunas investigac­iones, y las encuestas recientes entre la población en general muestran que hay tres narrativas diferentes sobre lo que sucedió aquel 22 de julio. Están principalm­ente en desacuerdo con cuestiones como quiénes fueron el objetivo, por qué sucedió y cómo Noruega ha lidiado con los ataques. Por un lado, vemos que se cree que fue un atentado contra la democracia y que, en general, se ha lidiado con el ataque de una manera favorable: hoy somos más fuertes que antes. Esa es la narrativa promovida por la actual primera ministra noruega, Erna Solberg. Este fue un ataque contra toda la democracia de Noruega. Con todo, el hecho de que haya diferentes puntos de vista, es una de las razones por las que ha sido difícil establecer un sitio conmemorat­ivo, y ponerse de acuerdo. Asimismo, también ha sido difícil discutirlo de manera más general, lo que debería significar para Noruega, lo que significa la matanza, lo que nos dice sobre los diferentes puntos de vista políticos en la sociedad noruega. En este sentido, la mayoría de las partes y las narrativas están de acuerdo en que deberíamos haber demostrado que el ataque dejó de manifiesto que necesitába­mos mejores medidas de seguridad para centrarnos en la seguridad e invertir más en la capacidad policial.

¿Ha disminuido el extremismo en Noruega diez años después? ¿Cómo se enfrenta el Gobierno noruego a los grupos extremista­s en el país? ¿Han aflorado?

Se podría decir que la extrema derecha en general es en realidad algo más débil y que antes. Si nos fijamos en el apoyo a la derecha, un partido populista en Noruega, el Progress Party, que es similar a Vox en España, ahora tiene menos apoyo que antes. Si nos fijamos en las actitudes favorables hacia los inmigrante­s, hoy es más positivo. La sociedad en general es más tolerante con los migrantes y las minorías, que antes del 22 de julio segundo. Pero al mismo tiempo, lo que hemos visto en los últimos años es que han aumentado las organizaci­ones de extrema derecha. Tenemos un grupo llamado Movimiento de Resistenci­a Nórdica. Tenemos otro grupo llamado Stuff Sanitation of Norway. Son mucho más visibles que lo eran antes. Son más activos en la calle. Lo cierto es que no sólo en las redes sociales. Hay una actividad de extrema derecha más visible ahora en comparació­n con la década anterior. Pero, de nuevo, esto hay que matizarlo. No es que hayamos visto un aumento de la violencia en las calles. Así que es básicament­e lo mismo que antes. Así que no es que no haya habido extrema derecha, es la extrema derecha en general, como que el movimiento anti-migración es un poco más débil, pero la extrema derecha es un poco más fuerte, pero no es particular­mente violenta y no es particular­mente fuerte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain