Cuando la genética descubre que tienes unos 600 hermanos
Una prueba de ADN y una clínica de fertilidad permiten a una mujer saber de una «gran familia» ignorada
LaLa curiosidad por saber si había heredado los problemas de corazón que padecía su abuelo empujó a Simon Smith a realizar unas pruebas de ADN con la compañía 23andMe. Envió una muestra de saliva y espero los resultados con los que, además, aprendería más sobre las raíces de su familia. Pero con lo que Smith nunca contó fue con encontrar una extensa parentela de casi 600 hermanos.
Lo primero que Simon descubrió es un primo que nadie en su familia cercana conocía, además de confirmar que no había heredado ninguna patología de su abuelo. Después, empujado por las ganas de saber más sobre esa rama del árbol genealógico desconocida hasta el momento, empezó empezó a tirar del hilo y descubrió que sus orígenes estaban conectados con los del doctor Bertold Wiesner y su mujer Mary Barton, directora de una clínica de fertilidad en Londres (Inglaterra) durante las décadas 1940, 1950 y 1960. Y es que Wiesner donó, durante muchos años y de forma clandestina, su esperma a los pacientes de la clínica. Según investigaciones que el propio Simon Smith realizó durante más de 3 años, este hombre estaría relacionado con unos 600 niños fruto de la inseminación artificial que su clínica llevó a cabo. Entre ellos, Adrianne Smith, de 75 años: madre de Simon y residente en Toronto.
Cuando Simon completó el papeleo de la prueba de ADN, marcó una casilla que permitía a todo aquel que resultara ser pariente suyo ponerse en contacto con él. Aunque al principio respondía a todos los mensajes, pronto dejó de hacerlo porque empezaron a ser demasiados. No podía creer toda la prole de «medio-hermanos» que estaban apareciendo.
A principios de 2015, Leora Smith (hermana de Simon) dio con un documental sobre Mary Barton y las varias clínicas de fertilidad que dirigió entre las décadas de 1940 y 1960 en Londres junto a su marido Bertold Wiesner. El autor del reportaje, Barry Stevens, de 68 años, llevaba años buscando a su padre biológico cuando sus pesquisas se cruzaron con la historia de la clínica de Barton y Wiesner, fallecidos en 1991 y 1972, respectivamente. Entonces, intuyendo algo que tardaría poco en confirmar, decidió buscar al hijo de la pareja de doctores y pedirle si se sometería a una prueba de ADN. El resultado fue el que Stevens imaginaba: eran medio hermanos. Ese fue el principio de un camino que llevaría a Stevens a averiguar que Wiesner estaba relacionado con hasta 600 niños, concebidos gracias a su esperma. Según lo que el director del documental pudo averiguar, los doctores de la clínica de fertilidad siempre mantuvieron la versión oficial de que los donantes eran trabajadores profesionales de clase media; pero sus indagaciones le llevaron a concluir que la realidad era otra. Los resultados de todo el proceso de investigación están plasmados en dos cintas, Offspring y Bio-Dad.
En la actualidad, Adrianne, la madre de Simon y Leora, se comunican de forma regular con varios miembros de su extensa familia. Entre varios de ellos, han hecho un llamamiento a las autoridades canadienses para que se haga una reforma en las leyes nacionales de reproducción, permitiendo, entre otras cosas, que aquellos concebidos por métodos de fertilidad a través de donación (ya sean por óvulos o espermatozoides) puedan tener más información sobre sus donantes. El año pasado, Canadá actualizó la regulación vigente respecto a la reproducción asistida, pero, de momento, solo obliga a los donantes a rellenar un cuestionario sobre su salud que solo ha de guardarse durante 10 años.