La Razón (Cataluña)

EL AHORA O NUNCA DE PAU GASOL

FINAL (7, 04:30)

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El 24 de marzo de 2020, la fecha en la que se aplazaron los Juegos, Pau Gasol llevaba un año y dos semanas sin disputar un partido oficial. El desastre de la pandemia cambió la planificac­ión para un hipotético retorno del mejor jugador español de la historia. El aplazamien­to de la cita en Tokio se convirtió en un motivo más, el más importante, para seguir peleando por el regreso y por una retirada «disfrutand­o del baloncesto». Y en eso está Pau. De momento disfrutand­o.

La lesión que le tuvo más de dos años sin jugar es pasado para un hombre que el 6 de julio cumplió 41 años. El gran objetivo de su regreso, la disputa de sus quintos Juegos Olímpicos, está muy cerca de consumarse. Para eso fichó por el Barça en marzo, regresó a las canchas el 9 de abril ante el Bayern en la Euroliga y fue recuperand­o sensacione­s. «Tal vez no soy el mismo que hace unos años, pero sigo siendo un jugador especial. No tengo la chispa y la juventud de antes, pero sí las ganas y la ambición», afirmó en su regreso a Barcelona. Su importanci­a creciente en el equipo azulgrana, el título de campeón de la Liga Endesa y la vuelta a la selección son la recompensa «a las muchas dudas y a los muchos palos» que ha sufrido desde que cayó lesionado. El actual Pau Gasol aporta tanto dentro como fuera de la cancha, según asegura Sergio Scariolo y confirmó Jasikevici­us tras ganar la ACB. En pista ya ha demostrado, tanto en el Barça como en la selección, que sus 10-15 minutos dan un plus al equipo saliendo desde el banquillo. Pau no ha faltado a unos Juegos desde que debutara en Atenas 2004. Y eso que pudo hacerlo cuatro años antes. Lolo Sainz, el selecciona­dor en Sídney 2000, reclutó a sus amigos Raúl López y Juan Carlos Navarro para aquellos Juegos y luego reconoció que debía haber incluido a Pau en la lista de doce elegidos. Sólo en aquel estreno en Atenas se quedó sin medalla. Después de un torneo perfecto, el cruce de cuartos ante Estados Unidos –siempre USA como verdugo– aplazó cuatro años su primer metal olímpico. En Pekín ganó la plata en una final memorable; en Londres repitió metal en otra final para la historia ante sus colegas de la NBA y en Río sumó un bronce después de caer en semifinale­s otra vez ante los yanquis. En el grupo que ha viajado a Tokio hay un clima de ahora o nunca del que es más partícipe que nadie el propio Pau.

Él podría no ser la única despedida de la selección de baloncesto en Tokio. El núcleo duro de los campeones del mundo en China hace dos años también pueden tener los días contados en la selección. Los Ricky Rubio, Marc Gasol, Rudy Fernández, Sergi Llull... el último baile de muchos.

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