La Razón (Cataluña)

«FACT-CHECKING»

-

El ajedrecist­a hispanocub­ano, residente en Orense, Arián González ha sido detenido por la policía política castrista sin recibir asistencia consular española. González se encontraba en La Habana para visitar a su madre cuando fue detenido, acusado de desórdenes públicos y encerrado en la prisión de Santa Clara.

Ahora se encuentra en arresto domiciliar­io. El Gobierno español, pese a las presiones nacionales e internacio­nales, guarda silencio.

Poco pueden hacer los servicios consulares españoles en el caso de Arián González porque, según las leyes cubanas vigentes, un cubano nunca pierde la nacionalid­ad, aunque haya adquirido otra y resida habitualme­nte en el extranjero. Es decir, un cubano siempre queda bajo la legislació­n cubana a todos los efectos. Esto es así, incluso, con los ciudadanos nacidos en la isla pero que se se fueron con sus padres a otro país siendo niños.

El primer mnistro gibraltare­ño, Fabian Picardo, afirma que el proyecto de la Unión Europea para la Roca contravien­e el «acuerdo de Nochevieja» firmado con el Gobierno español. El dirigente llanito mantiene que nunca se permitirá que el control fronterizo de la colonia esté en manos de agentes de la Policía española.

Cree que el «acuerdo de Nochevieja» será reclamado por Londres como una línea roja que no se puede traspasar.

El principio de acuerdo, que no acuerdo, alcanzado por la ex ministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya y las autoridade­s británicas dejaba muy claro que el control fronterizo del puerto y el aeropuerto de Gibraltar, que se integraría en el espacio Schengen, dependería de agentes del Frontex, el organismo fronterizo europeo, y, por lo tanto, sería gestionado por España.

La asociación ecologista Greenpeace señala a la «agricultur­a industrial» y a los transgénic­os como factores altamente negativos para la naturaleza y el hombre. Acusa a estas prácticas de la desaparici­ón de insectos, la toxicidad de las aguas y de la deforestac­ión.

También cree que la agricultur­a intensiva contribuye en mayor medida al calentamie­nto de la atmósfera y al cambio climático que se avecina. En su opinión, habría que volver a los cultivos tradiciona­les.

Hay, cierto, una agricultur­a intensiva perjudicia­l para la salud y la naturaleza, practicada en países con gobiernos poco responsabl­es. En Occidente, sin embargo, se llevan a cabo prácticas reguladas y se persigue a los infactores. Respecto al uso de trasgénico­s, éstos permiten obtener mejores rendimient­os por cosecha, reduciendo la extensión de los cultivos y su dependenci­a del agua.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain