La Razón (Cataluña)

La extraña visita de Xi Jinping al Tíbet

Es el primer viaje de un presidente chino a la región en 31 años. No se hizo público hasta ayer

- POR G. CROSSLEY Y YEW LUN TIAN

El presidente de China, Xi Jinping, realizó su primera visita a la Región Autónoma del Tíbet como líder nacional esta semana, e instó a la gente a «seguir al partido», informó ayer la agencia oficial de noticias Xinhua. La visita de Xi del 21 al 22 de julio, la primera de un líder chino al Tíbet en tres décadas, se produce cuando el país enfrenta graves preocupaci­ones de seguridad como resultado de los enfrentami­entos con India y la retirada de las tropas lideradas por EE UU de Afganistán. La visita también muestra la confianza del gobernante Partido Comunista Chino de haber establecid­o el orden y ganado apoyo en la región, dicen los analistas.

Xi voló a la ciudad de Nyingchi el miércoles y tomó un tren a la capital tibetana, Lhasa, al día siguiente donde visitó una sección del ferrocarri­l a gran altura que se está construyen­do para unir la región fronteriza montañosa con la provincia de Sichuan.

En Lhasa, Xi acudió a un monasterio y a la plaza del palacio de Potala, e «inspeccion­ó el trabajo de religión étnica» y la protección del patrimonio cultural tibetano, según Xinhua. El palacio es el hogar tradiciona­l del líder espiritual del budismo tibetano, el Dalai Lama, que está en el exilio y ha sido calificado como un separatist­a peligroso por Pekín.

La cadena de televisión estatal CCTV mostró a una mujer tibetana secándose las lágrimas mientras se unía a una multitud de personas vestidas con trajes tradiciona­les que aplaudían con entusiasmo para dar la bienvenida a Xi. El presidente instruyó a los funcionari­os provincial­es locales a trabajar para que la gente del Tíbet se identifiqu­e más con la «gran patria, el pueblo chino, la cultura china, el Partido Comunista de China y el socialismo con caracterís­ticas chinas», según Xinhua. También indicó que sólo cuando la gente «siga al partido» podrá realizarse el «rejuveneci­miento de la nación china».

Más del 80% de la población del Tíbet es de etnia tibetana, mientras que los chinos han son la minoría. La mayoría de los tibetanos también son budistas. La Consti- tución de China permite la libertad de religión, pero el Partido se adhiere estrictame­nte al ateísmo.

En Lhasa, Xi vio una actuación cultural que mostró la cultura tibetana y la lealtad al partido a través de canciones y bailes, incluida una famosa canción con la letra «canta una canción popular para el partido, el partido es como mi madre».

En Nyingchi, Xi también inspeccion­ó el rejuveneci­miento rural y la protección del medio ambiente. En la frontera de China con India, se considera que el Tíbet tiene una importanci­a estratégic­a crítica para Pekín. El año pasado, China e India vieron el enfrentami­ento más grave en décadas en su disputada frontera en el Himalaya, con muertes en ambos lados.

Xi estuvo por última vez en el Tíbet en 2011, cuando era vicepresid­ente. Pekín envió tropas al Tíbet en 1950 en lo que oficialmen­te denomina una liberación pacífica y mantiene una fuerte presencia de seguridad en la región, que ha sido propensa a los disturbios. Reuters

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AP El presidente chino, Xi Jinping, en su primer viaje oficial como mandatario al Tíbet

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