LA CORONA COMO «CONTINUIDAD DE LA NACIÓN»
El Rey avala una España «inclusiva de comunidades amplias» en la fiesta de Santiago
Defender la unidad de España desde el concepto de comunidad inclusiva y reivindicar la Monarquía como pilar indispensable. Fue el eje de las palabras pronunciadas por Felipe VI ayer en la ofrenda al Apóstol
Santiago en la catedral compostelana. Acompañado por Doña Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, el Rey presidió el acto principal del que ya es el Xacobeo más largo de la historia.
Defender la unidad de España desde el concepto de comunidad inclusiva y reivindicar la monarquía como pilar indispensable de la casa. Fue el eje de las palabras pronunciadas por Felipe VI en la ofrenda nacional al Apóstol Santiago en la catedral compostelana. Acompañado por Doña Letizia y, por primera vez en el Obradoiro de la princesa Leonor y la infanta Sofía, el Rey presidió el acto principal del que ya es el Xacobeo más largo de la historia, después de que la Santa Sede decidiera prorrogarlo hasta 2022 para salvar al Camino de Santiago de las limitaciones de movimiento de la pandemia.
«La Corona simboliza su carácter de puente entre pasado, presente y futuro; simboliza la continuidad de nuestra Nación en la historia como comunidad política, cultural y humana», expuso en el marco de la eucaristía celebrada celebrada en la solemnidad del patrón de España, que por primera vez en once años cae en domingo. En esta misma línea, el monarca no dudó en recordar que «la misma cultura xacobea inspira desde Galicia la unidad de España, su cohesión y su progreso».
Lo reiteró incluso en gallego, al subrayar que «la España que compartimos hoy es una obra colectiva en la que los sueños de muchos de nuestros antepasados plasmaron en una convivencia democrática».
Ya desde el arranque de su alocución, Felipe VI se sirvió del peregrinar compostelano para enfatizar que iniciar cualquier ruta implica «formar una comunidad» salvando «las distancias físicas y emocionales». Incluso fue más allá para expresar cómo el Camino de Santiago da forma a «una experiencia que diluyó fronteras y propició lugares de encuentro». Con la crisis de los indultos de fondo, la metáfora del camino ejerció de percha para el Rey, que compartir la necesidad de recuperar las «raíces» de nuestro país, así como fomentar el sentir de «pertenencia» al pueblo «no de un modo excluyente sino inclusivo» que permita «crear comunidades más amplias que hagan la convivencia más intensa, más fructífera».
Además, el Rey puso a los pies del Apóstol «los temores, incertidumbres, preocupaciones y, en muchas ocasiones, tristemente, un profundo dolor por quienes nos dejaron» por la pandemia.
Las palabras del monarca fueron correspondidas prácticamente al dedillo en la homilía del arzobispo de Santiago, Julián Barro. El prelado puso la mirada en el patrón para implorar «la búsqueda paciente de la verdad para promover la cultura del cuidado común que nos posibilita comprender la unidad y la historia de los pueblos de España, vertebrada con lo común de todos y lo específico de cada uno». El pastor compostelano acogió la ofrenda de Felipe VI «encomendando la intercesión del Apóstol Santiago para todos los pueblos de España, para que mantengamos una convivencia fraterna si olvidar nuestras raíces».
Una vez concluida la misa, con el vuelo del botafumeiro incluido, la Familia Real se dirigió al presbiterio de la catedral para contemplar la imagen peregrina de Santiago el Mayor, si bien no pudieron abrazarle debido a las medidas sanitarias de la pandemia. Eso sí, pudieron atravesar tanto la Puerta Santo como el Pórtico de la Gloria, algo impensable en los dos años anteriores por la restauración integral a la que ha sido sometida el templo.
Antes, a su llegada al Obradoiro, los Reyes y sus hijas participaron en el tradicional desfile militar con la presencia de la patrulla Águila, que dibujó en el cielo compostelano la bandera española. En la plaza de la catedral también pudieron escucharse vítores al rey de entre los apenas 200 asistentes que pudieron acceder.
Tras un almuerzo de autoridades en el Hostal de los Reyes Católicos, Felipe VI presidió por la tarde la reunión del Real Patronato de la Ciudad y la entrega de la Medalla de Galicia, que reconoce en esta edición los sanitarios que se ocupan del proceso de vacunación.