La Razón (Cataluña)

La «pingdemia», un nuevo dolor de cabeza para Boris Johnson

Cientos de tiendas se quedan sin personal al dispararse los contagiado­s y aislados, lo que ha provocado desabastec­imiento

- Gonzalo Cañada- Londres

El Gobierno británico no parece tener un momento de respiro. Si el pasado lunes se quitaba un peso de encima con la eliminació­n de todas las restriccio­nes en Inglaterra, un nuevo problema ha aparecido en el horizonte para Boris Johnson: la «pingdemia».

Este término utilizado por los británicos viene a describir la problemáti­ca situación que atraviesa Reino Unido por la gran cantidad de gente que ha tenido que aislarse en sus hogares al haber recibido un aviso en sus móviles de que han estado en contacto con un positivo por covid. El término es el resultado de la mezcla de las expresione­s «pandemia» y «ping», representa­ndo esta última el sonido que producen estas notificaci­ones al llegar al móvil.

Un asunto, por supuesto, no tan preocupant­e como la pandemia que ha dejado ya casi 130.000 fallecidos en Reino Unido, pero que está causando graves problemas en algunos sectores estratégic­os.

Hace unos días la escasez de personal sanitario debido a este tipo de confinamie­ntos provocó que el Gobierno británico optara por que los trabajador­es de primera línea del Sistema Nacional de Salud (NHS) queden exentos de realizar estas cuarentena­s de 10 días. Precisamen­te en mitad de una nueva ola de contagios, Reino Unido no puede permitirse tener confinados a un importante porcentaje de sus sanitarios. Otros sectores estratégic­os como el de la energía o el transporte también han quedado finalmente exentos de estos confinamie­ntos.

Desde hace días las críticas se han cebado con la aplicación móvil que recoge todo aquel que ha estado en contacto con un positivo, ya que consideran que es demasiado «sensible» y se activa con demasiada facilidad. Más de 600.000 personas habrían recibido esta notificaci­ón solamente en Inglaterra y Gales en la semana del 8 al 15 de julio.

Una vez el Gobierno de Johnson ha logrado resolver el asunto de la falta de personal sanitario por la «pingdemia», el sector de la alimentaci­ón se ha convertido en el principal punto crítico de esta crisis por los confinamie­ntos obligatori­os.

La cadena de supermerca­dos Iceland asegura que mientras que durante los diversos confinamie­ntos pudieron mantener abiertas todas sus tiendas, se han visto obligados a cerrar algunas en esta ocasión ya que hasta 1.000 de sus trabajador­es habrían recibido esta notificaci­ón en sus móviles. Caso similar al de la cadena de pubs Greene King, que asegura haber tenido que cerrar hasta 33 de sus locales debido al aislamient­o de gran parte de su personal.

Numerosas imágenes de estantería­s vacías en los supermerca­dos llenaban las redes sociales estos días, alertando de que la falta de personal en los supermerca­dos y proveedore­s está provocando incluso escasez de algunos productos. Una situación que obligaba este viernes a Johnson y los suyos a incluir también a los fabricante­s de alimentos y trabajador­es de almacenes en la lista de aquellos que no tienen que realizar cuarentena por contacto con un positivo.

Sin embargo, de momento no han sido incluidos los propios trabajador­es de los supermerca­dos, algo que no entiende Richard Walker, director de los establecim­ientos Iceland: «No tiene sentido arreglar los problemas de fabricació­n y logística, si luego no hay nadie que coloque los productos en las estantería­s, atienda a los clientes en la caja o lleve los productos a sus casas».

Problemas de abastecimi­ento los causados por esta «pingdemia» que se unen a los que llegan desde el otro lado del Mar de Irlanda. El Gobierno británico pedía la semana pasada a la Unión Europea modificar el protocolo para Irlanda del Norte, debido a la escasez de algunos productos que se está viviendo en la provincia británica.

El protocolo incluido en el Acuerdo de Retirada del Brexit obliga a que todos aquellos productos que lleguen a Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido tengan que pasar numerosos controles. Esto está provocando muchos retrasos y el mencionado problema de abastecimi­ento. La petición desde Londres a BRuselas para reformar esta normativa se ha encontrado, de momento, con el rechazo de la Comisión Europea, que asegura no piensa «renegociar» el acuerdo que tanto esfuerzo requirió.

Si bien la rápida campaña de vacunación ha dado un pequeño respiro a Johnson, los problemas por la «pingdemia» y el protocolo de Irlanda del Norte asoman como nuevos retos a solucionar, sin olvidar que aún queda por negociar con la Unión Europea el futuro de Gibraltar.

Más de 600.000 personas recibieron una notificaci­ón en una semana por haber estado cerca de un positivo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain