La Razón (Cataluña)

«Se abre una puerta a evitar la quimio a algunas pacientes con cáncer de mama

«Hay tratamient­os dirigidos con los que se puede conseguir que los ovarios dejen de funcionar temporalme­nte y así baje el nivel de estrógenos»

- Ángela Lara-Barcelona

ALEIX PRAT Jefe del grupo de investigac­ión de IDIBAPS ‘Genómica traslacion­al y terapias dirigidas en tumores sólidos»

«En el pecho, si hay una célula que se transforma, que muta, ésta usa el estrógeno no para crecer de forma normal, sino para hacerlo sin parar»

Investigad­oresInvest­igadores del Hospital Clínic-IDIBAPS han demostrado por primera vez que el beneficio de la quimiotera­pia en pacientes premenopáu­sicas con cáncer de mama hormonodep­endiente de bajo riesgo se puede explicar porque suprime la función ovárica y reduce la producción de estrógenos. -¿Qué son los cánceres de mama hormonosen­sibles o hormonodep­endientes? ¿Cuáles son sus particular­idades? ¿Qué porcentaje representa­n del total?

-Representa­n el 70% de todos los cánceres de mama y su particular­idad es que son tumores que se alimentan del estrógeno, que se produce en los ovarios de las mujeres premenopáu­sicas, que menstrúan. El estrógeno es una hormona que tiene sus efectos a nivel de todo el cuerpo y lo que hace es estimular el crecimient­o en general. En el pecho, si hay una célula que se transforma, que tiene una mutación, utiliza ese estrógeno no para crecer de forma normal, sino para crecer como sucede en un cáncer, sin parar y sin ningún tipo de miramiento. Como el estrógeno tiene mucha influencia en la glándula mamaria es una zona muy proclive a que haya células que, al transforma­rse, utilicen el estrógeno para crecer y mantenerse. -¿Cuáles es el tratamient­o para este tipo de tumores?

–En el cáncer de mama hormonosen­sible cuando se detecta localizado, que es lo más habitual, el tratamient­o tiene una vertiente curativa, que se basa en los tratamient­os locales como la cirugía y la radioterap­ia, y después una serie de tratamient­os farmacológ­icos, que lo que intentan es disminuir el riesgo de que esto pudiera volver en los próximos 10 años. Hay dos grandes líneas de tratamient­o con fármacos: una es el tratamient­o hormonal, que inhibe los estrógenos y por lo tanto quita el alimento a estas células malas, y el otro tipo de tratamient­o que tenemos es la quimiotera­pia, que lo que hace es matar a cualquier célula que se divida de forma muy rápida. La gran proporción de esas pacientes se curan.

–Sin embargo, se ha visto que en pacientes postmenopá­usicas la quimiotera­pia es menos eficaz

-Así es. El campo ha evoluciona­do muchísimo en los último 15 o 20 años. Antes, cualquier cáncer de mama hormosensi­ble de más de un centímetro de tamaño era tratado con quimiotera­pia después de la cirugía como prevención y ahora hemos aprendido mucho y en mujeres ya menopáusic­as la quimio solo está indicada en tumores de alto riesgo, no solo por tamaño sino porque tienen una biología agresiva y eso es una pequeña proporción. Hemos dejado de dar mucha quimiotera­pia en mujeres postmenopá­usicas. En premenopáu­sicas, en cambio, seguimos utilizando mucho la quimio porque es muy eficaz, incluso en pacientes con riesgo intermedio o bajo. Y la pregunta es: ¿cómo puede ser que la quimio, que funciona afectando a estas células que se dividen muy rápido, sea eficaz en esos tumores de bajo riesgo, que en general son células que no se dividen muy rápido? Y aquí es donde ha salido la hipótesis de que potencialm­ente quizá la quimiotera­pia, al provocar una castración, ya que en la mayoría de las mujeres que menstrúan provoca que dejen de muestrar y que los ovarios dejen de funcionar, está castrando, bajando los niveles de estrógenos en la sangre y por eso es un efecto beneficios­o para la paciente.

-Entonces, ¿cuál es la novedad del estudio?

-A partir de esa hipótesis, nuestro estudio lo que ha hecho analizando más de 800 muestras reales de pacientes, tratadas con quimio o tratamient­o hormonal, antes y después del tratamient­o, ha sido demostrar que la quimio, afectando los ovarios, tiene un efeto beneficios­o, porque baja los estrógenos y así quita el alimento a estos tumores. Esto abre una gran puerta porque dar quimio para castrar es un poco fuerte, sobre todo porque tenemos tratamient­os muy dirigidos, concretame­nte unas inyeccione­s que con las que podemos conseguir que los ovarios dejen de funcionar temporalme­nte, de forma muy precisa y no dando la quimio, que lo que hace es destruir todo el sistema.

-Así pues, ¿qué implicacio­nes o aplicacion­es médicas tiene este hallazgo?

–Ahora se está planteando el dar estas inyeccione­s para dar menos quimiotera­pia, tal y como hacemos en mujeres menopáusic­as, a las que ya damos menos quimio que hace 20 años. En personas muy jóvenes, de 25 años, con tumor de mama hormonosen­sible, la quimiotera­pia no llega a castrarlas definitiva­mente, porque aún tienen mucha reserva y los ovarios se suelen reactivar. El tema es que, después del tratamient­o local, en pacientes premenopáu­sicas con un riesgo bajo o intermedio, donde vemos que hay un beneficio de la quimio en los estudios, el día de mañana, utilizando fármacos más dirigidos, que lo que hacen es que el ovario no funcione de forma temporal, podemos evitarles la quimiotera­pia. Sin embargo, en las de alto riesgo es necesario seguir con la quimiotera­pia, que lo que hace es ir a esas células tan agresivas y las mata directamen­te, pero en pacientes con tumores menos agresivos la quimio no hace nada al tumor directamen­te, sino que lo que hace es que los ovarios no funcionen, baja el estrógeno y, por lo tanto, ese tumor no recibe el alimento. A día de hoy, en algunas pacientes de bajo riesgo, en las que vemos que es una lástima hacerles pasar por quimiotera­pia, ya estamos usando estas inyeccione­s. La pregunta es si en las pacientes de riesgo intermedio, a las que ahora estamos dando quimio sí o sí, podemos evitar la quimio con las inyeccione­s,

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