La Razón (Cataluña)

Oyarzabal desatasca a España ante Australia

Su gol significó la victoria ante Australia y la selección, a la que le sigue costando marcar, depende ahora de sí misma para alcanzar los cuartos. Un empate contra Argentina en la última jornada es suficiente para avanzar

- Domingo García

Ochenta y un minutos estuvo España buscando el gol que encontró en la cabeza de Mikel Oyarzabal cuando ya no ejercía de delantero centro al rematar un envío de Asensio desde la derecha. Era el justo premio al esfuerzo de la selección que entrena Luis de la Fuente, que no se desesperó a pesar de que una y otra vez los ataques españoles se estrellaba­n contra la defensa australian­a.

Cada partido del equipo español es un ejercicio de paciencia, un trabajo de precisión en busca de los huecos que los rivales esconden en su defensa. Por eso, en principio, era Oyarzabal el delantero centro. Se trataba de que se moviera para distraer a la defensa y generar huecos para que los aprovechar­an los centrocamp­istas, especialme­nte Carlos Soler. Pero sin éxito.

La mejor ocasión había sido un remate de Oyarzabal en la primera mitad que se estrelló en el larguero. Había hecho un desmarque maravillos­o sin apenas espacio, pero el palo escupió su disparo y él se desesperab­a tapándose la cara con la camiseta.

Con la entrada de Rafa Mir en el campo ya no estaba solo. Los defensas australian­os tenían que doblar sus preocupaci­ones y más después de que Mir rematara dos veces a portería en los dos primeros balones que tocó.

Rafa Mir multiplicó las llegadas de España, que se acercaba con facilidad hasta el borde del área, pero no encontraba la manera de penetrar más allá. Cada pase o cada regate que eliminaba a un rival era respondido por otros dos o tres. Para eso había cambiado el sistema el selecciona­dor austra

liano, que metió un tercer central en la segunda mitad.

Trataba de limitar los espacios y lo conseguía. La respuesta de De la Fuente llegó por tramos. Primero, con la entrada de Bryan Gil, que desborda por regate más que por apoyos. Después, con Asensio, que obligó a Dani Olmo a centrar más su posición y participar más en la creación del juego. El último movimiento fue retirar a un lateral, Óscar Gil, para que entrara Rafa Mir. Y eso terminó de cambiar todo. Agotó las ventanas,

pero no los cambios el selecciona­dor español. No le hizo falta para ajustar el equipo a las necesidade­s del partido.

Los cambios funcionaro­n y no importó que España terminara siendo asimétrica. Los laterales no habían conseguido llevar peligro por los costados, algo que sí lograron Asensio y Bryan Gil. El madridista era uno de los sacrificad­os después de la decepción en el debut contra Egipto. Tampoco jugaron desde el comienzo Miranda y Merino, que ni siquiera estaba convocado, ni los lesionados Mingueza y Ceballos.

Sí repetía Pedri, que se hizo con el mando del equipo en el centro del campo ante la ausencia de Ceballos. Incluso se atrevió a disparar con peligro en dos ocasiones, algo que se echaba de menos en su juego durante la Eurocopa. Muy participat­ivo también en defensa, cortando balones y evitando que Australia llegara con peligro hacia la portería de Unai Simón. El guardameta apenas tuvo que intervenir saliendo de su área para cortar algunos balones por malas entregas de sus compañeros.

España no sufría en defensa, protegida por su dominio de la pelota, y el peligro australian­o sólo llegaba por los errores en el pase de los defensas españoles y, mientras duró, por las carreras de Arzani. Pero el mejor jugador australian­o fue sustituido en la segunda mitad.

El gol de Oyarzabal salvó a España de la desesperac­ión y de las urgencias para afrontar la última jornada. Ahora es primera de grupo y depende de sí misma para estar en los cuartos de final. Un empate ante Argentina sería suficiente.

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Oyarzabal, Dani Olmo y Eric García celebran el gol de España
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EFE

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