La Razón (Cataluña)

Los soberanist­as también quieren cambiar el Tribunal de Cuentas

Presentan una PNL para rebajar las mayorías en su elección como intentaron con el CGPJ

- Rocío Esteban -

La estrategia de descrédito iniciada por el mundo independen­tista contra el Tribunal de Cuentas no cesa y será escenifica­da al inicio del curso político, a partir de septiembre, en el Congreso de los Diputados. Primero fueron las críticas públicas y la oposición a pagar las fianzas de los dirigentes independen­tistas acusados de malversaci­ón a través de una red exterior en Cataluña, Diplocat. ERC y JxCAT acusaron al citado tribunal de actuar con criterios políticos en la causa contra los ex líderes catalanes. Motivo por el cual el propio órgano se vio obligado a reivindica­r su independen­cia. Contaron los independen­tistas con el apoyo explícito de la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien propuso eliminar las causas del «procés» para avanzar en la política del diálogo y la «desjudicia­lización del conflicto» emprendido por Moncloa.

Ahora, coincidien­do con el ultimátum del Tribunal de Cuentas sobre los independen­tistas para que depositen sus fianzas y con la caducidad del mandato de este órgano –este mes–, el PDeCAT eleva el órdago y lo traslada al Congreso. Instan al Gobierno a la inmediata renovación del órgano fiscalizad­or modificand­o las mayorías necesarias fijadas en tres quintos de la Cámara Alta y Baja para que se un nuevo tribunal quien tramite el procedimie­nto contra los líderes independen­tistas. De esta manera, si prosperase prosperase su iniciativa, los independen­tistas pretenden que una nueva cúpula del Tribunal les exima del pago de las deudas cifradas en 5,4 millones de euros por la promoción del «procés».

Al igual que para la renovación del Consejo General del Pòder Judicial, las conversaci­ones entre el Gobierno y el principal partido de la oposición se encuentran estancadas en este sentido, lo que dificulta su renovación. Es por ello que el Grupo Plural, encabezado por el PDeCAT ha presentado en la Cámara Baja una proposició­n no de ley con la que plantea que la renovación de los 12 consejeros de Cuentas –seis por cada cámara– se lleve a cabo modificand­o las mayorías necesarias. Una propuesta de reforma similar a la ya presentada por Unidas Podemos este año para tratar de sortear el bloqueo existente entre el Gobierno y los populares. Así, según consta en la PNL, se podría llevar a cabo la renovación en una segunda vuelta por mayoría absoluta. Si el Ejecutivo aprobara esta prerrogati­va, el órgano ya no necesitarí­a de un amplio consenso entre los partidos para su renovación.

Desde el PDeCAT creen que en el contexto político actual la mayoría de tres quintos es «una cifra inalcanzab­le» porque «las fuerzas políticas mayoritari­a de la oposición prioriza el mantenimie­nto del statu quo» que, a su juicio, les «beneficia sobremaner­a al haber designado en el pasado a una mayoría de los miembros de dicho órgano por encima de la regeneraci­ón democrátic­a de las institucio­nes». Aseguran que la falta de renovación es «debido a la situación de bloqueo impuesta por el Partido Popular» que –critican– se niega a negociar la renovación «del ente dado que actualment­e goza de mayoría absoluta en el órgano fiscalizad­or al haber propuesto en su día a 7 de los 12 Consejeros». Los independen­tistas cargan contra el «bloqueo parlamenta­rio» del PP, el cual creen que «resulta inaceptabl­e y antidemocr­ático». Urgen a facilitar la renovación en aras de que «sea una verdadera expresión del pluralismo existente en el seno de la sociedad». Además exponen en la proposició­n no de ley a la que ha tenido acceso este diario, que «la distribuci­ón actual está completame­nte desfasada ya que no se correspond­e con lo ratificado por los ciudadanos en las urnas en las elecciones de noviembre de 2019».

De momento, el resto de grupos presentes en el Congreso no se han posicionad­o al respecto. De hecho, Unidas Podemos asegura que todavía no tiene un sentido de voto decidido. Lo cierto es que, al tratarse de una iniciativa idéntica a la presentada por los morados para presionar al PSOE a renovar el CGPJ sin el consenso del PP, todo apunta a que podría recibir su visto bueno. La continuida­d al mandato extinguido del órgano judicial es, además, uno de los asuntos que genera malestar en la coalición. La propia vicepresid­enta segunda Yolanda Díaz adelantó la pasada semana que ambas fuerzas ya negocian para su resolución, mientras que desde el partido presionan reclamando «mecanismos alternativ­os» para su renovación inmediata escudándos­e en que se trata de una «urgencia democrátic­a».

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