RETRATO DE FAMILIA DESDE UN ESPEJISMO
LaLa fotografía, rescatada por el Club Universo Extremeño, pertenece a una familia de Cáceres, emigrantes en Hawai, con su mejores galas. Es de los primeros años del siglo XX, poco antes de la Gran Guerra, y puede llamar a equívoco. Porque la historia de la emigración española a las paradisíacas islas del Pacífico tiene más sombras que luces. Es sabido que los norteamemes–, ricanos, escasos de mano de obra para las plantaciones de caña, trataban de frenar la llegada de asiáticos al archipiélago fomentando la inmigración blanca. Sus agentes fueron muy activos en Galicia, –de Vigo partieron en el vapor Victoria los primeros 300 reclutados para Hawai–, Andalucía y Extremadura, también en Portugal, en la búsqueda de candidatos duchos en las labores del campo. Pagaban el billete de ida a Honolulú –que era de dos meses desde Gibraltar– y ofrecían sueldos de ensueño –veinte duros americanos de oro al casa, agua, lumbre y escuela gratis para los niños. Unos ocho mil españoles, la mayoría andaluces, se embarcaron, algunos con sus familias, para descubrir un mundo de duro trabajo, de vida aislada en las plantaciones y de salarios que no daban para nada, porque el coste de vida era muy alto. Pasó con los reclutas rusos, que al descubrir el engaño organizaron un motín, reprimido a tiros. Los españoles, sin embargo, decidieron votar con los pies. No podían pagarse el billete de regreso, pero sí tenían California más a mano. Y allí, en lo que un día fue parte de la Nueva España, recaló la mayoría de los que fueron atraídos por un espejismo.