«NO TODO PUEDE ESTAR CENTRALIZADO EN MADRID»
AlAl presidente de la Generalitat Valenciana le incomoda sobremanera Madrid, Isabel Díaz Ayuso y puede que hasta los madrileños. Es sacarle el asunto en cualquier entrevista o encuentro, y el hombre se calienta como una cafetera. Es un TOC que lo domina porque ya se ha preocupado de que el espantajo madrileño y la bronca consiguiente desvíen las acerbas miradas que los gobernados dirigen hacia su persona, su gobierno y su gestión. Con Madrid de por medio y su intolerancia a la meseta, como dirían los primos separatistas, al menos puede hablar de algo sin que le saquen los colores o lo corran a gorrazos virtuales. Pero, un consejo, aunque no lo pida, la sobreexplotación de la coartada conduce a la desmesura y esta al desvarío. Es entonces cuando el servidor público de marras se transforma en grotesco custodio de la voluntad otorgada de los auténticos señores del poder que son los ciudadanos, y que cada día que pasa le tienen en menor estima. Que agite la ira contra el madrileño abusón tiene tan poco recorrido como el nuevo y fantasmal Mestalla en manos de Peter Lim y Joan Ribó. La pamema de la capitalidad es un mascletá de chirigota, que se podría aplicar a todas las grandes urbes del mundo. También a Valencia a nivel autonómico. Puede preguntar en Castellón y Alicante, aunque no lo hará. No es tarde para la valeriana. Hay que calmarse, porque la región madrileña no es el problema, sino la solución. Es un político afortunado por haber recibido la confianza suficiente para dirigir un territorio extraordinario como la Comunidad Valenciana, destino favorito de miles y miles de madrileños que la disfrutan y la enriquecen en una sana relación fraternal. Para Ximo Puig es tan simple como, en lugar de demandar una sangría fiscal para los capitalinos, enmendar el expolio de las rentas de los valencianos para que respiren y creen riqueza, como, por lo demás, ha sido la tradición histórica hasta que la izquierda se cruzo en su camino. Pretender que la gente se trague el timo de la capital y la bufonada del dumping es abusar de su paciencia y tomarla por estúpida. Y no.