«No haremos nada para que vuelvan las empresas a Cataluña»
«El empresariado catalán es sobre todo independentista, pero necesita un altavoz por miedo a la represión del Estado»
MònicaMònica Roca (Barcelona, 1969) se ha convertido en la primera presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona en 135 años de historia. Aupada bajo una candidatura independentista impulsada por la ANC, es ingeniera de telecomunicaciones y asume el cargo tras haber pasado con éxito por el sector privado: estuvo diez años trabajando en la Agencia Espacial Europea y después fundó isardSAT, una empresa de satélites.
–La Generalitat se ha quedado sin bancos para el aval de las fianzas del procés. ¿A qué cree que se debe esto?
–Creo que es miedo a ser perseguidos por la Justicia española.
–Más allá del miedo, ¿no cree que el independentismo no consigue suscitar la confianza de la gran empresa?
–No lo veo así, es más por el miedo a la represión. Hay de todo en la gran empresa, pero sé perfectamente que hay quien sí querría dar apoyo al independentismo, aunque hay miedo a las repercusiones que pueda tener.
–Usted sostiene que el empresariado es, mayoritariamente, independentista.
–Hay estudios hechos por el Cercle Català de Negocis que daban estos resultados y por eso hicimos la apuesta de crear una candidatura para gobernar la Cambra de Comerç. Hicimos una candidatura independentista y los resultados fueron buenos. También hemos hecho consultas que nos hacen pensar que, en general, el empresariado que vive en Cataluña es mayoritariamente independentista, pero necesita alguien que haga de altavoz por ellos porque con la represión, la gente tiene miedo. Nosotros hacemos de altavoz de este empresariado, aunque gobernamos para todo el mundo y atendemos, por descontado, a todos.
–En poco más de un año, hay elecciones en Foment, la patronal catalana. ¿Contempla que el independentismo presente una candidatura?
–La verdad es que no nos lo hemos planteado nunca, pero igual lo tendríamos que hacer, ya que se pregunta mucho (risas). Pero nada en contra de Josep Sánchez Llibre, con quien tenemos una buena relación y le deseo muchos éxitos. Me gustaría más convencer a las empresas que están en Foment para que vean que la mejor política económica para el país es contar con un Estado propio. –¿Está a favor de que vuelvan las empresas que se marcharon de Cataluña tras el 1-O? –A mí no me gusta que se vayan empresas de Cataluña, pero todo el mundo es libre de irse. Tampoco me gusta cómo pasó ya que fue bajo presión. Nosotros no haremos nada activamente para que vuelvan porque realmente cambiaron la dirección, pero dejaron los trabajadores aquí. Eso sí, siempre que nos han pedido ayuda, se la hemos dado. Y, encantada de que vuelvan todas las empresas que se marcharon y las que quieran venir.
–¿Qué opina de la fuga de empresas de Lleida a Aragón? ¿Qué habría que corregir? –Somos un país que acoge empresas, innovación o start-ups y es una etiqueta que tenemos y debemos seguir potenciando, pero sí que es cierto que a veces hay dificultades. Hay pocos incentivos fiscales para situarse aquí (se pagan muchos impuestos), aunque tampoco creo que debamos caminar hacia un paraíso fiscal; y, a veces, no hay todas las facilidades que nos gustaría que hubiera. Creo que se debería analizar las empresas y, cuando sean interesantes, se les tiene que ayudar a venir aquí: un ejemplo es HP, que cuando vino se le dieron facilidades y la repercusión que ha tenido en Cataluña es buenísima. –De los 18 impuestos propios que hay en Cataluña, ¿cuántos eliminaría?
–Hay que hacer una revisión. –¿Cuánto dinero cree que debe corresponder a Cataluña de los fondos europeos?
–Un número fácil sería en función del PIB, que está alrededor del 20%. Después, podemos entrar entrar en matices porque creo que el PIB catalán está limitado por la falta de financiación o el déficit fiscal; si no, sería mayor. –¿Cómo ve la legislatura en Cataluña con la influencia de la CUP?
–Yo lo he valorado siempre positivamente porque soy partidaria de consensos amplios y porque si la CUP comienza a implicarse es una responsabilidad que toma, demuestra más madurez como partido y es positivo. –¿Esquerra y JxCat deberían apoyar o negociar los presupuestos del Estado?
–No he visto los presupuestos. –¿Pero deberían negociarlos? –Se debe de ver, aunque sentarse a negociar es de aquellas cosas que no pierdes nada. Me parece bien sentarse para ver qué te dicen, aunque no firmaría nada que no fuera muy claro para Cataluña. Me parece que se debería sentarse a negociar o, como mínimo, a escuchar.
–Una encuesta de la Generalitat señala que más de la mitad de los catalanes suspendía al Govern en la gestión de la pandemia. ¿Qué nota le pone?
–Hay cosas que se han hecho bien y otras no tan bien. Al principio éramos partidarios de cerrar porque no había otra solución, pero en la quinta ola habría que haber aprendido ya lecciones, como el uso de las tecnologías para hacer aperturas organizadas. Para el empresariado hubiera sido más adecuado hacerlo todo de forma organizada para evitar cierres constantes. Otra de las cosas son las ayudas a las empresas, pero quien tiene acceso es el Gobierno, pero también es verdad que la Generalitat podría haber hecho una exigencia más fuerte o haberse endeudado.
–¿Por qué cree que el Govern no dio más recursos?
–A final del año, aquí no se llegó ni al 0,6% del déficit, cuando hubo autonomías que pasaron del 1%. Nosotros reclamábamos que se llegara por lo menos al 1%. Creo que aquí hemos sido más papistas que el papa y hemos intentado contener por miedo. También era un periodo preelectoral y eso complicó todo un poco más.
«Hay pocos incentivos para atraer empresas. Se pagan muchos impuestos, pero tampoco debemos ser un paraíso fiscal»