Guiño a la coalición: Calviño se abre a subir el SMI y enciende a las empresas
La vicepresidenta recula y estudiará en septiembre un alza del Salario Mínimo para finales de este año «Es prematuro y dañará el empleo. Aún muchos no se han recuperado», advierten los empresarios
La ministra de Economía, Nadia Calviño, dio ayer un giro copernicano a su discurso económico, marcado habitualmente por la prudencia. Bien por el optimismo prevacacional, por las previsiones de crecimiento o por la necesidad de garantizarse los apoyos de sus socios de Gobierno ante la aprobación de los próximos Presupuestos del Estado, la vicepresidenta primera abrió por primera vez este año la puerta a una más que probable subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Atrás quedan los ojos en blanco, las muecas de desaprobación y las miradas perdidas ante las arremetidas de su compañera en el Consejo de Ministros, la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, para forzar dicha subida este año. Calviño ha dado su brazo a torcer en una batalla en la que Díaz había empeñado su palabra y su cargo para poner al Ejecutivo social-comunista en un brete.
La dama de hierro de Pedro Sánchez se escudó en el fuerte ritmo de crecimiento para su cambio de rumbo sobre el SMI. La ministra avanzó ayer, durante la presentación del nuevo escenario macroeconómico y del techo de gasto para 2022, una fuerte recuperación tanto del empleo, con solo 340.000 trabajadores ya en ERTE y un fuerte dinamismo de afiliación a la Seguridad Social, como de la economía, con un crecimiento intertrimestral que podría superar el 2%. Según indicó Calviño en su comparecencia al término del Consejo de Ministros, todo apunta a que en el promedio del mes de julio se recuperará el 90% del empleo perdido durante la pandemia. Quedarían aún unos 450.000 trabajadores afectados, tanto en desempleo como en ERTE, según los cálculos de la ministra, como consecuencia de la pandemia. «En el curso del otoño podríamos volver a los niveles de empleo de febrero de 2020», expresó Calviño.
De hecho, y pese a la quinta ola, la previsión de paro se mantiene en el 15% para este año, diez puntos puntos inferior a la que preveían algunos organismos –recordó– y del 14% para el próximo ejercicio. Y en función de esas perspectivas de empleo y de la recuperación de la economía, con la sorpresa del buen comportamiento de las exportaciones, y del consumo, con un ahorro embalsado de 60.000 millones por parte de las familias, Calviño anunció que se estudiará retomar una posible subida del SMI a final de año.En este sentido, preguntada sobre cuándo abordará el Gobierno esta posible subida, Calviño aclaró que en septiembre se estudiará la conveniencia de aumentar por encima de los 950 euros mensuales el SMI.
Los empresarios no tardaron en responder ante este anuncio. El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, afirmó que subir el salario mínimo interprofesional (SMI) este año «es precipitado» y dañará el empleo. «Aún muchos autónomos y pequeñas empresas no han visto el horizonte de la recuperación y subir el SMI para algunas actividades sería contraproducente», subrayó. Los empresarios recuerdan al Gobierno el impacto que tuvo la anterior subida, cuantificada recientemente por el Banco de España. La institución ha constatado que el incremento del SMI en un 22% que el Gobierno decretó en 2019 provocó un impacto negativo total en el empleo de hasta 174.000 puestos de trabajo.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, defiende un alza del SMI para este año que Calviño había condicionado a la evolución del empleo, enfriando en la primera mitad del año la posibilidad de un incremento. En su empeño por proseguir con la subida, Díaz ha promovido incluso un comité de expertos para analizar la senda necesaria de alzas. Tras semanas de investigación, discusiones y debates, su recomendación al Gobierno es que eleve el salario mínimo interprofesional (SMI) entre 12 y 19 euros este año desde los 950 euros actuales, aunque mantiene su objetivo de lograr situarlo en el 60% del salario medio al final de la legislatura, como pretende la ministra. Según sus conclusiones, el salario mínimo debería sumar entre 61 y 99 euros de aquí a 2023, hasta situarlo entre 1.011 y 1.049 euros por catorce pagas, lo que equivaldría a incre
mentarlo entre un 6,4% y un 10,4% respecto a la cantidad actual. La presidenta de la comisión de expertos, Inmaculada Cebrián, explicó tras entregar el informe a Díaz hace poco más de un mes, que este incremento mínimo podría ser de 19 euros en un primer escenario, de 15 euros en un segundo o de 12 euros en un tercero, según marquen las condiciones económicas y laborales, y sería el punto de partida para alcanzar progresivamente el objetivo de ese 60% del salario medio neto, dejando para 2022 y 2023 el grueso de la subida.
Con ese documento bajo el brazo, Díaz anunció su intención de negociar con los agentes sociales una ruta temporal para la subida hasta 2023, año en el que se debería «alcanzar una de las cantidades de la horquilla sugerida por los expertos».
Desde los sindicatos de clase habían reclamado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una reunión «con la más brevedad y rapidez posible» para concretar un calendario de subidas del SMI hasta 2023 y habían advertido de que si no se daba una subida este mismo año endurecerían sus protestas.
Calviño recordó ayer que «no hay debate» dentro del Gobierno en el compromiso de que el SMI alcance el 60% del salario medio al final de la Legislatura.