Calma tensa en Túnez tras el golpe de timón del presidente
Con un gran favor popular, Saied gana por el momento el pulso a la oposición
Calma tensa en Túnez transcurrida la segunda jornada tras el golpe de timón del presidente Kais Saied, que suspendió la Asamblea de Representantes, destituyó al primer ministro, relevó a los titulares de Defensa y Justicia, retiró la inmunidad parlamentaria a los diputados y cerró el espacio aéreo con la aspiración de corregir el rumbo del país. El principal partido del Parlamento, el islamista Ennahda, que considera lo sucedido un «golpe de Estado contra la revolución y la democracia», ha pedido en un comunicado difundido ayer «diálogo nacional» y medidas colectivas que sirvan para que el país «supere todas sus crisis».
Profundamente desencantada por la gestión política y económica en los últimos años, que han coincidido con los de la consolidación de la joven democracia nacida de la revolución de 2011, la sociedad tunecina tiene hoy poco apetito por la confrontación y demanda, sobre todo, soluciones prácticas e inmediatas, lo que explica las simpatías que ha despertado la decisión del presidente. Los tunecinos parecen perdonarle al presidente el aparentemente poco convincente desde el punto de vista legal recurso al artículo 80 de la Constitución para asumir todo el poder.
Después de haber pedido a ciudadanía, fuerzas del orden y militares que se opusieran a la maniobra del presidente y animado a sus militantes a concentrarse ante la sede de la Asamblea de Representantes –apenas pudo reunir a un par de centenares de personas–, el partido presidido por Rachid Ghannuchi Ghannuchi decidía retirar momentáneamente el pulso en la calle al jefe del Estado.
Por su parte, el destituido primer ministro, Hichem Mechichi, aseguró que no sería un «obstáculo» ni un «elemento que incremente la tensión» y se mostraba dispuesto a cooperar con su sucesor al frente del Gobierno. Aunque los principales partidos –Qalb Tounes, Karama y Attayar, además de Ennahda– se han opuesto a la decisión del presidente, en las últimas horas el mandatario, que ganó en 2019 las presidenciales con el 73% de los votos, recibió un goteo de apoyos por parte de organizaciones profesionales y agentes económicos, que le reclaman reformas y respeto a los procedimientos democráticos.
Entretanto, desde la comunidad internacional han predominado las llamadas a la «calma» y la «estabilidad». El ministerio de Exteriores español se manifestaba ayer en una línea muy similar a la de la UE horas antes y pedía respeto del «Estado de Derecho y las libertades y derechos políticos». Casi sin excepción –la de la Liga Árabe–, las grandes potencias y organizaciones multilaterales han evitado calificar de« golpe» lo sucedido en las últimas horas en Túnez. Asimismo, el FMI anunciaba su disposición a ayudar a Túnez en medio de «presiones socioeconómicas excepcionales».