El Constitucional francés da luz verde a la exigencia del certificado covid
Proliferan los intentos de soborno a funcionarios para lograr el documento
Sin sorpresas, el Consejo Constitucional de Francia finalmente aprobó la mayor parte del proyecto de ley sobre el controvertido pase sanitario, el documento que certifica la vacunación completa, un test PCR negativo o la recuperación de la covid-19. A partir del lunes, los franceses deberán presentar el pase sanitario para entrar a restaurantes, cafés, centros comerciales, hogares de ancianos y centros médicos, con excepción de las salas de emergencia. También será obligatorio para viajar en avión, tren y buses de larga distancia.
Será igualmente exigido para ejercer profesiones y oficios que estén expuestos al trato con el público, personas vulnerables y pacientes de covid-19, como el personal médico, trabajadores de las casas de retiro, camareros y otros.
Sin embargo, el Consejo Constitucional–cuyos miembros son apodados nada menos que «los sabios»– ha hecho algunas tímidas modificaciones, tratando de encontrar lo que llama una «conciliación equilibrada» entre las exigencias de protección de la salud y las libertades individuales.
En primer lugar, establece que no puede producirse la terminación de un contrato de trabajo temporal si el empleado no presenta el certificado de vacunación. «los sabios» argumentan que esto supondría una diferencia entre los empleados fijos y los temporales, dando lugar a una discriminación laboral. El trato debe ser idéntico y, por ende, no puede dar lugar a un «despido».
Luego está el rechazo a la imposición imposición de una cuarentena obligatoria de 10 días para los enfermos de covid-19. Según el Consejo, se trata de una medida desproporcionada e innecesaria. «Se trata de una privación de la libertad sin la intervención de un juez», sostiene.
Las reacciones de los detractores del pase sanitario no se han hecho esperar. La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, rechazó la aprobación del Consejo de «una ley que obstaculiza la libertad de circulación de los franceses en su propio país mientras bloquea las medidas para frenar la inmigración ilegal».
En la otra orilla política, el representante de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, se declaró decepcionado por el Consejo Constitucional, «que no protege ninguna de las libertades amenazadas por el pase sanitario».
Ante la obligación de presentarlo a manera de «salvoconducto» para realizar actividades de la vida cotidiana, muchos prefieren irse por el camino oscuro: obtener el preciado certificado pagando a un funcionario, sin inyectarse la vacuna ni hacerse el test PCR. Las tarifas pueden variar entre 50 y 300 euros, dependiendo de la localidad donde uno se encuentre.