No ampliar El Prat provocará perder 365.000 empleos
Las dudas ponen en suspenso unos 4.500 millones
Una buena parte del crecimiento económico a medio plazo del PIB catalán pasa por las inversiones del Estado que han pactado los gobiernos de España y Cataluña. La que decidirá una buena parte del aumento del PIB regional será la ampliación del aeropuerto de El Prat que cuenta con una fuerte oposición política
Un buena parte del crecimiento económico a medio plazo del PIB catalán pasa por las inversiones del Estado que ha pactado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el Gobierno de la Generalitat. Y de entre ellas, la que decidirá una buena parte del aumento del PIB regional será la ampliación del aeropuerto de El Prat. Pero todo puede quedar en un proyecto fallido si no se logra convencer a sus detractores de que su apuesta, además de económica, es también medioambiental. En juego estarían los dos puntos del PIB regional anunciados por Sánchez de beneficio anual por esta infraestructura, 21.000 millones en gasto de turistas y hasta 365.000 empleos.
Las cuentas son claras para el Ejecutivo central, el catalán, Aena y las principales patronales que defienden este proyecto: 1.700 millones de euros de inversión de los Presupuestos del Estado, que crearán 83.000 empleos directos y 282.000 indirectos, lo que sumarían los citados 365.000 nuevos puestos totales.
Y si la estimación del presidente es acertada esos dos puntos en el crecimiento de la comunidad catalana se traducirían en casi 4.500 millones de euros, los que irían del peso que tiene el aeropuerto barcelonés en el PIB catalán, en torno al 6,8%, a la estimación de crecimiento realizada por parte del Gobierno, hasta el 8,9%, todo sobre datos actualizados el pasado año.
A estos habría que añadir los ingresos generados por el aumento de visitantes de la región. El turismo representaba en 2019, el último año con estadísticas no marcadas por la pandemia, en torno al 12% del PIB de la región. Si Aena calcula que el desarrollo de una tercera pista supondría un incremento de 20 millones de pasajeros y en 2019 llegaron 19,3 millones de turistas extranjeros, con un gasto de 21.000 millones, significaría que se duplicarían estos ingresos y la región podría perder, según esta previsión, más de 25.500 millones si se mantuviera el gasto, se cumplieran los pronósticos de Aena y se sumaran los 4.500 del PIB la propia infraestructura.
Pero enfrente tendrán un hueso duro de roer. Vecinos, organizaciones medioambientales, agricultores, ecologistas y el propio socio del Gobierno, Podemos, ha anunciado que plantearán batalla para que el proyecto respete al 100% la legalidad vigente o no se aprobará. Denuncian el previsible aumento del ruido, de las emisiones y la amenaza que supone para el ecosistema del delta del Llobregat y el espacio natural protegido de La Ricarda, que pertenece a la red europea Natura 2000.
A ERC, al frente del Gobierno catalán, le pilla ahora en el otro lado y defienden que lo prioritario era cerrar los 1.700 millones de inversión y que luego se definirían los términos. Pero este argumento no ha convencido ni a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ni a sus socios de la CUP, que ya le han advertido que la economía «no pasará por encima» del medio ambiente.
Pero, ¿están dispuestos la alcaldesa, Podemos, los movimientos vecinales, la CUP y los ecologistas a dar la espalda a un proyecto social y económico tan importante y perder esta inversión? Pues parece ser que sí. Colau ha dejado claro que este proyecto «es una muy buena oportunidad para demostrar si se está al lado de la ciencia y se apuesta de verdad por una transición verde o se practica el negacionismo, con terribles consecuencias». En la misma línea, o incluso un paso más allá, Podemos ha amenazado directamente con la «paralización de todos los nuevos proyectos que supongan la construcción de infraestructuras que vayan en la dirección de aumentar la movilidad, las emisiones y la contaminación». En aire dejan 25.500 millones, 365.000 empleos y buena parte del PIB regional.
Las dudas sobre El Prat ponen en suspenso los 4.500 millones que sumarían a la riqueza de la región
Aena calcula que se duplicaría la llegada de visitantes extranjeros y dejarían 21.000 millones más en las arcas