El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo tiene que dimitir acusado de acoso sexual
El inminente «impeachment» precipita la decisión del gobernador de Nueva York
Un día después de la renuncia de su mano derecha, Melissa deRosa, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunciaba su dimisión tras las múltiples presiones de los últimos días al conocerse el informe de la Fiscalía de Nueva York confirmando las denuncias de acoso sexual de once mujeres que trabajaron para él.
Cuomo decidía «hacerse a un lado» como gobernador de Nueva York, cargo que ostenta desde 2011, mientras continua la investigación, después de que la denuncia de una de sus víctimas se presentara por lo penal y su testimonio se diera a conocer en una entrevista televisada.
Brittany Commisso, ex asistente de Cuomo, denunció que el gobernador «le frotó el trasero al tomarle una fotografía» y «le acarició el pecho en una ocasión», siendo, entre todas, las acusaciones más graves hasta ahora presentadas contra él y que podrían sentarle en el banquillo.
Como ella, otra decena de mujeres que habían formado parte de su equipo de trabajo han presentado denuncias contra él por tocamientos no deseados y no consentidos, así como por comentarios inapropiados.
«La mejor manera en que puedo ayudar es si me hago a un lado y dejo que el Gobierno vuelva a gobernar», dijo el todavía gobernador demócrata al presentar su renuncia, en referencia a la investigación contra él.
Joe Biden se posicionó la semana pasada diciendo que Cuomo «debería dimitir» tras darse a conocer el resultado de cinco meses de investigación de la Fiscalía de Nueva York sobre las acusaciones de abuso sexual. La misma opinión que compartieron otros altos cargos políticos, rivales e incluso aliados cercanos, como gobernadores o la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi. Pero ni la presión política ni tampoco la mediática fueron suficientes para que Cuomo diera un paso atrás antes de que la sombra de un rápido juicio político contra él pusiera fin a sus deseos de seguir en el cargo.
«En mi mente, nunca he cruzado la línea con nadie, pero no me di cuenta de hasta qué punto se ha vuelto a trazar la línea», justificó el gobernador, cuya renuncia renuncia se hará efectiva dentro de 14 días. Kathy Hochul tomará su relevo. Según Cuomo, la vicegobernadora es «inteligente y segura», por lo que la transición «debe ser perfecta y podrá ponerse al día rápidamente».
No sin antes recordar los que considera éxitos de sus diez años de mandato, como la gestión de la pandemia, emergencias y desastres naturales o matrículas universitarias gratuitas, el gobernador dio las gracias a su equipo, incluyendo la que hasta el día anterior a su renuncia había sido su «número dos», Melissa DeRosa.
«Amo Nueva York», aseguró Cuomo, emocionado. «Trabajo para ustedes», agregó dirigiéndose a los neoyorquinos, y «hacer lo correcto es hacer lo correcto para ustedes». El gobernador, que permanecerá aún otras dos semanas en el cargo, aseguró que «gastar energía en distracciones es lo último que debería hacer el gobierno estatal, y yo no puedo ser la causa de eso».
Aunque no parece que Cuomo vaya a quedarse de brazos cruzados, al haber asegurado que su abogada, Rita Glavin, ya ha planteado serios «problemas y fallos que deberían preocupar a los neoyorquinos», haciendo alusión a la imparcialidad del informe de la Fiscalía que le acusa de acoso sexual. «Las acusaciones más graves en mi contra no tienen una base fáctica creíble en el
informe», reclamó Cuomo, «y hay una diferencia entre la presunta conducta indebida y la conclusión de un acoso sexual», añadió. Aunque «esto no quiere decir que no hay 11 mujeres a las que realmente ofendí, las hay, y por eso me disculpé profundamente», añadió Cuomo, asegurando ser «demasiado familiar con la gente. Mi sentido del humor puede resultar ofensivo y desagradable. Abrazo y beso a la gente casualmente».