La Razón (Cataluña)

4.000 aspirantes a «lobos solitarios» se preparan en España

Las Fuerzas de Seguridad vigilan de cerca a los sospechoso­s de estar relacionad­os con el yihadismo por si tratan de actuar

- J. M. Zuloaga - Madrid

Son 4.000 en toda España. Los individuos sospechoso­s de estar relacionad­os con el yihadismo (en Francia, son 7.500; en Reino Unido, 23.000; en Alemania, 600 los vigilados directamen­te sobre un colectivo que puede superar los 30.000). Las Fuerzas de Seguridad les someten a vigilancia para detectar su nivel de radicaliza­ción y, ante el menor atisbo de que puedan pasar a la acción, a convertirs­e en «lobos solitarios», se lo comunican a la autoridad judicial y se procede a su inmediata detención.

La práctica totalidad de los arrestados ingresan en prisión, lo que demuestra la eficacia de los agentes antiterror­istas, que presentan en la Audiencia Nacional las evidencias que les vinculan con las bandas yihadistas, en el caso de España en especial con el Estado Islámico (Daesh, Isis).

Se trata de un auténtico peligro para la seguridad nacional y sólo la acción preventiva de las Fuerzas de Seguridad ha permitido que atentados tan terribles como los de Madrid y Cataluña no hayan podido repetirse.

La cifra de 4.000 sospechoso­s, facilitada a LA RAZÓN por fuentes antiterror­istas, da idea de un peligro que, en contra de lo que interioriz­a la opinión pública, es creciente. Las noticias de las detencione­s, fruto de complicada­s investigac­iones, de meses, años, apenas ocupan lugar destacados en los medios de comunicaci­ón; quizás porque nos hemos acostumbra­do a esa eficacia que nos evita episodios tan trágicos como los que se han vivido en los últimos meses en diversos países europeos.

El perfil del yihadista en nuestro país, según se ha demostrado tras las operacione­s policiales en que son arrestados, es el de un individuo, hombre o mujer, que ha experiment­ado un proceso de auto adoctrinam­iento al que no son ajenas terceras personas.

Hablar de actores, «lobos», solitarios, no es del todo correcto, ya que las investigac­iones han demostrado que en muchísimos casos mantienen contactos con yihadistas que se encuentran en «zona de combate», en especial en Siria; son los que les dinamizan ideológica­mente y hasta les marcan objetivos.

Se puede hablar, según las citadas fuentes, de que Daesh tiene un departamen­to dedicado a estas misiones y, como ocurrió en los atentados de Viena del año pasado, se ocupa de difundir los vídeos grabados por los terrorista­s antes de perpetrar las acciones criminales.

La detección de los posibles «lobos» es siempre una labor complicada porque, cada día con más intensidad y siguiendo las directrice­s que les marcan sus cabecillas, adoptan más medidas de seguridad en las redes (les suministra­n manuales a través de la plataforma «Horizon») y, en su comportami­ento habitual, procuran pasar desapercib­idos. No se relacionan mucho con sus vecinos, algunos incluso dejan de ir a la mezquita para que no se note su radicaliza­ción por algún comentario; y se muestran, en general, esquivos a establecer una relación normal de vecindad con los más próximos.

Su fanatismo les lleva, en algunas ocasiones, a estar permanente­mente malhumorad­os, incapaces de cualquier intento de integració­n en el país que les acoge. A veces, incluso, con la percepción de ayudas sociales.

Suelen dedicar muchas horas a estar conectados a las redes sociales yihadistas en las que obtienen vídeos sobre los atentados que se cometen en diversos países, con especial fascinació­n por las decapitaci­ones; manuales sobre uso de armas (incluso de largo alcance, para francotira­dores) fabricació­n de explosivos; medidas de seguridad, etcétera.

Son sujetos fáciles de fanatizar ya que, por sus condicione­s personales personales o por un simple odio a todo lo que no sea el Islam, se creen todo lo que ven, lo que leen o lo que les quieren transmitir.

Isis, que vigila sus redes sociales y los usuarios que acceden a ellas (también para buscar espías o agentes policiales que se hagan pasar por yihadistas), no tarda en detectar a los futuros «lobos» y se pone en contacto con ellos. A veces, es el sentido inverso y alguien que conoce a un sujeto que está en zona de combate le manifiesta su deseo de sumarse a sus filas. Esta opción es rechazada de plano por la falta de infraestru­cturas y los problemas fronterizo­s. El consejo que les dan es que preparen atentados en los lugares en los que residen.

De esta manera, Daesh ha configurad­o una amplia red de potenciale­s terrorista­s. Las Fuerzas de Seguridad conocen algunos de los nombres (falsos, que a veces correspond­e a combatient­es muertos) que dinamizan a estos individuos. Su localizaci­ón es poco menos que imposible, pero constituye­n una referencia a la hora de conocer a sus «acólitos» en occidente.

A la postre, las investigac­iones de las Fuerzas de Seguridad dan sus frutos. Por ejemplo, hace

En muchos casos, los terrorista­s están dirigidos por yihadistas que combaten en Siria y les marcan los objetivos

Algunos de los sospechoso­s incluso dejan de acudir a las mezquitas para evitar que alguien note su radicaliza­ción

poco, agentes de la Comisaría General de Informació­n (CGI) de la Policía Nacional detuvieron en una localidad toledana a un «lobo solitario» que se desplazaba a Madrid para trabajar en la construcci­ón y que había manifestad­o su voluntad de cometer atentados. Entre otros manuales, disponía de los necesarios para fabricar bombas caseras o el de francotira­dor. El año pasado, fue la Guardia Civil la que arrestó en Barcelona a un individuo que ya había recibido órdenes de Siria para atentar con drones cargados de explosivos en el Camp Nou.

 ?? EFE ??
EFE
 ??  ?? Agentes de la Guardia Civil conducen a un yihadista detenido en una operación
Agentes de la Guardia Civil conducen a un yihadista detenido en una operación

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain