La Razón (Cataluña)

Parches estéticos y no cambios estructura­les

- Elías Amor Bravo es presidente de la Unión Liberal Cubana Elías Amor Bravo

El pasado 11 de julio los cubanos de San Antonio de los Baños dijeron basta y salieron a protestar contra el régimen. Tras ellos, cerca de un centenar de localidade­s en distintos puntos de la Isla, se sumaron a las protestas pacíficas y cívicas, en las que los manifestan­tes proclamaro­n críticas al Gobierno, a su presidente y demandas de libertad.

Nadie pudo anticipar el estallido social, aunque se sabía que el malestar creado por la Tarea Ordenamien­to, en amplios sectores de la sociedad, había ido en aumento desde el 1 de enero, y que tarde o temprano, podría producirse una protesta de grandes dimensione­s sociales. Como la que ocurrió, finalmente, y que el régimen no tuvo más reacción que la misma de siempre, cortar las comunicaci­ones, represión, detención y cárcel, sumado a una propaganda asfixiante y falsa.

Las fuentes de organizaci­ones de derechos humanos como el Observator­io, radicado en Madrid, informaron de más de 500 detenidos en todo el país, en paradero desconocid­o y juzgados de forma sumaria, sin las mínimas garantías legales. Las detencione­s afectaron a un amplio espectro social, confirmand­o que las protestas se encuentran ampliament­e extendidas, de modo que jóvenes madres, personas mayores, muchachos menores de edad... fueron reprimidos, y silenciado­s, con una violencia incuestion­able a la que Díaz-Canel apeló desde el primer momento, en lo que se interpretó como un llamamient­o a la guerra civil entre cubanos.

Se cumple un mes de aquellas protestas y hay quienes han interpreta­do que el tenso silencio que se ha impuesto en la vida de la isla tiene mucho que ver con la capacidad de las autoridade­s para reaccionar, ofreciendo medidas que buscan paliar la situación de los cubanos, como la eliminació­n de precios topados, la libre importació­n de alimentos, aseo y medicament­os, las ventas en garajes o las ventas a plazos, entre otras. Hay quienes piensan que con estos parches estéticos, entre los que se encuentra el anuncio de una ley de mini pymes de próxima publicació­n, el régimen comunista cubano ha conseguido aplacar las protestas y recuperar la iniciativa.

Se equivocan. No es por medio de este tipo de actuacione­s superficia­les como se resuelve la crisis latente en la sociedad cubana, sino que hay que prestar atención a los cambios estructura­les y profundos que dejen atrás el modelo social y económico comunista sancionado en la Constituci­ón de 2019. La situación de la economía cubana sigue sin encontrar un camino para la recuperaci­ón, después de la crisis de 2020 provocada por la pandemia.

Sin ingresos del turismo, de las exportacio­nes, de los servicios médicos, de las inversione­s extranjera­s o de las remesas procedente­s del exterior, el régimen no consigue impulsar estímulos para que la economía cubana supere su parálisis. Por otra parte, los cubanos quieren libertad, se oponen al comunismo y aspiran a mejores condicione­s de vida. Por ello, las protestas van a continuar y más pronto que tarde.

El malestar había ido en aumento desde el 1 de enero. La reacción fue cortar las comunicaci­ones y la represión de siempre

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