La Razón (Cataluña)

DESAPARECI­DOS Cinco años sin Antonio... ¿Fue envenenado por su mujer?

La familia de Antonio Ruiz pide que se investigue el caso ya que su pareja no alertó sobre su desaparici­ón y siguió cobrando su pensión. La mujer ya había intentado intoxicar a otra persona

- POR LAURA L. ÁLVAREZ

Ni siquiera se sabe el día exacto en el que desapareci­ó. La ficha de Antonio Ruiz López la data el 16 de julio de 2018, hace justo tres años, pero eso solo fue el día que su hermano lo denunció en Huétor Tájar (Granada) tras haberle dado la voz de alarma un familiar. Hacía tiempo que Antonio vivía en Baza –un pueblo situado a hora y media de Huétor–, en una casa junto a una nueva mujer. Ya no se hablaba con sus hijos, fruto de una relación anterior, y del hombre «alegre» y «bromista» que era cuando llegó al pueblo se había convertido en alguien más serio. En una comida familiar en abril de 2016 una pariente no le pareció verle con buena salud: tenía manchas rojas en la cara y los brazos y apenas salía de la cama. Se ofreció para llevarle al médico pero su entorno más cercano en ese momento consideró que no era necesario.

Su última visita al médico fue el 1 de julio de 2016 pero desde el verano de 2015 hasta esa fecha había acudido

14 veces siempre con los mismos síntomas; al parecer, problemas estomacale­s. Fue precisamen­te ese verano de 2016 cuando se le pierde el rastro pero no es hasta que un familiar se acerca a su casa y los vecinos le comentan que hace mucho que no le ven, cuando se interpone la denuncia por desaparici­ón: ya habían pasado dos años.

Su pareja aseguró ante los agentes de la Guardia Civil, quienes estuvieron a los mandos de la investigac­ión, que se había ido con una mujer extranjera a su país. Dice que la conoció por redes sociales aunque quienes conocen a Antonio aseguran que a duras penas era capaz de apañarse con el móvil y dudan de su capacidad para entrar en este tipo de portales de contactos. La mujer tampoco aportó a los investigad­ores ninguna prueba en este sentido. Poco después cambiaría su versión hasta en tres ocasiones y deslizó que habría sufrido malos tratos por parte del desapareci­do, aunque tampoco consta tal reseña. Los investigad­ores también tomaron declaració­n a la familia de la mujer, los allegados más próximos a Antonio los meses previos de su desaparici­ón.

Durante las pesquisas registraro­n su vivienda y encontraro­n el DNI, pasaporte y tarjeta sanitaria de Antonio, por lo que su salida a aquel país extranjero parecía improbable. Pasaron incluso un georradar en la vivienda sin arrojar ningún indicio concluyent­e aunque halló unos restos óseos de animal «perfectame­nte cortados».

Nadie sabía nada de Antonio pero lo cierto es que tampoco se le buscó demasiado.

A pesar de las contradicc­iones de su pareja, la investigac­ión no avanzó mucho más y el caso se archivó por parte del juzgado que instruye la causa. Pero la familia del desapareci­do, lógicament­e, no ha tirado la toalla y, para saber qué pudo pasar con Antonio, han recurrido a un equipo de criminólog­os de la asociación «Metro a Metro», que se ha puesto a investigar la extraña desaparici­ón del granadino.

Uno de los puntos que llamó la atención de los nuevos investigad­ores, capitanead­os por la criminólog­a Iciar Iriondo y su compañera Ainara Jiménez Olaya, fue la declaració­n de un conocido de la mujer de Antonio, que aseguraba que a él le había intentado envenenar y, de hecho, sigue teniendo secuelas por este episodio.

También que el dueño de la finca privada donde trabajaron Antonio y Josefa meses antes de la desaparici­ón apuntaba datos en este sentido.

Estos datos, unido a las continuas visitas de Antonio al médico en el último año, los antecedent­es de esta mujer, el hecho de que no denunciara la desaparici­ón de su marido y que continuó viviendo en su casa y cobrando una pensión de Antonio por un accidente laborar que tuvo, parecen indicios como para barajar la implicació­n de la mujer en la desaparici­ón de Antonio.

Al parecer, podría haber contado con la ayuda de unos familiares, según se desprenden de algunas investigac­iones. Ella sacaba todos los meses la pensión de Antonio y comentan en la localidad que entregaría parte del dinero a un familiar.

Ante los indicios de una posible desaparici­ón forzosa, tanto la abogada de la familia, como la Asociación «Metro a Metro», han solicitado al juzgado varias diligencia­s, y por consiguien­te, la reapertura del procedimie­nto judicial.

Entre las más pruebas más

El desapareci­do estuvo yendo de forma reiterada al médico el último año: hasta 14 veces y siempre con los mismos síntomas La versión de su pareja es que se marchó con otra mujer a un país extranjero aunque en casa tenía toda su documentac­ión

importante­s están la ampliación de la toma de declaració­n al entorno más cercano de Antonio durante los últimos meses antes de desaparece­r y que se aporte toda la documentac­ión que falta en el sumario, como los informes médicos de Antonio para aclarar por qué fue tantas veces al médico justo antes de desaparece­r y los informes del registro de la vivienda y cuando pasaron el georradar.

No obstante, Antonio se encuentra oficialmen­te desapareci­do, por lo que, si alguien cree haber visto al hombre que aparece en la imagen (mide 1,70, tiene el pelo canoso y rizado y pesa 78 kilos), llame a los teléfonos de Policía Nacional (091), de Guardia Civil (062), al 112 o póngase en contacto con la Fundación Quién sabe Dónde Global.

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