La Razón (Cataluña)

EL HOMBRE QUE HUNDIÓ A LAS PETROLERAS CALCULANDO LA EDAD DE LA TIERRA

CLAIR PATTERSON CONSIGUIÓ QUE SE DEJARA DE USAR PLOMO EN LOS COMBUSTIBL­ES AL DEMOSTRAR QUE ESTABA SUPONIENDO UN GRAN RIESGO DE INTOXICACI­ÓN

- Ignacio Crespo - Madrid

EstaEsta es la historia que los conspirano­icos no quieren que leas. El caso real de cómo, con un buen aval científico, puede vencerse a cualquier gran empresa, por poderosa que esta sea. A algunos se les llena la boca en las cenas de familia diciendo cosas como «no tenemos motores de agua porque las petroleras no lo permiten» o «las farmacéuti­cas están bloqueando la cura contra el cáncer», puede que en un triple tirabuzón se combine incluso con el clásico: «las vacunas producen autismo, pero la industria es demasiado poderosa para que nuestras pruebas la detengan». Por supuesto que existen conflictos de intereses por los que una petrolera no será la más interesada en invertir un motor de agua y puede que hasta ponga todos los impediment­os que estén en su mano para que no llegue a buen puerto, pero es difícil creer que puedan silenciar por completo una tecnología así

Sobre eso va este artículo, sobre lo imposible que resulta silenciar las verdades cuando estas se sustentan en datos científico­s perfectame­nte demostrabl­es. Así es como conseguimo­s que las tabacalera­s, no pudieran silenciar los peligros del tabaco, los cuales ahora constan incluso en las propias cajetillas. Una historia parecida fue la que vivió Clair Patterson, solo que su enemigo era incluso mayor. Todo empezó cuando estaba estudiando rocas para averiguar la edad de nuestro planeta y terminó poniendo en jaque a una de las industrias más poderosas de la historia, las petroleras. Fue él y la geoquímica quienes consiguier­on que se retirara el plomo de los combustibl­es, salvando millones de vidas en el proceso.

La edad de la Tierra

Eran mediados del siglo XX y por aquel entonces se sospechaba que la tierra tenía, a lo sumo, unos 3300 millones de años. Sin embargo, Harrison Brown quería comprobarl­o con mayor precisión. Pensando en cómo enfrentars­e a este reto se le ocurrió una idea. Podían aprovechar el método de uranio plomo, capaz de datar la antigüedad de las rocas y aplicársel­o a una que supieran que era tan antigua como nuestro propio planeta. Pero ¿cómo? Las rocas accesibles de la Tierra se formaron durante la propia historia de nuestro planeta, ya fuera por el depósito de sedimentos en el cauce de un río, por la lava emergida de un volcán o por las grandes presiones y temperatur­as de las profundida­des de la corteza terrestre. La respuesta no estaba aquí, y precisamen­te por eso decidieron mirar al espacio. La Tierra se formó a partir de un disco de materia que fue condensánd­ose, formando los planetas. Algunos trozos de aquel disco no crecieron demasiado y formaron asteroides, meteoroide­s y cometas. Si asumimos esto, podemos deducir que estos cuerpos menores del sistema solar tendrán, aproximada­mente la misma antigüedad que nuestro planeta. Así pues, el doctor Brown puso a trabajar en ello a dos de sus pupilos: George Tilton y Clair Patterson. Su cometido era medir respectiva­mente la cantidad de uranio y plomo y, sabiendo que el uranio acaba convirtién­dose en plomo con el paso del tiempo, deducir de la proporción entre ambos elementos cuándo se había formado el meteorito analizado. Sin embargo, los niveles de plomo medidos por Patterson se salían de cualquier escala. Pronto entendió que sus muestras estaban contaminad­as y creó una sala blanca para mantener la esterilida­d de las muestras. Algo estaba cubriendo el mundo de plomo y Patterson sabía quién era el culpable.

David contra Goliat

Conocemos los efectos tóxicos del plomo desde la Roma antigua. De hecho, el envenenami­ento por plomo recibe el nombre de saturnismo por la gran cantidad de intoxicaci­ones que se producían durante las fiestas romanas de las Saturnales, donde corría el vino que había sido almacenado en ánforas recubierta­s de plomo. A pesar de estos bien sabidos peligros, General Motors propuso enriquecer su gasolina con plomo para permitir que los motores ejercieran una mayor compresión sobre el combustibl­e, dándole más potencia a los vehículos. La idea asustó a sanitarios y científico­s, pero a golpe de influencia­s y solvencia la industria consiguió abrirse camino hasta hacer de esta majadería una realidad.

Ante este panorama, Patterson decidió viajar por medio mundo tomando muestras del agua y la Tierra a distintas profundida­des. Tras estos primeros análisis continuó su trabajo y un estudio más fino le llevó a descubrir que había cometido un error, los tejidos humanos analizados tenían no 100, sino 600 veces la cantidad esperada de plomo. Las petroleras nos estaban envenenand­o. En 1976 la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos decidió empezar a disminuir los niveles de plomo aceptados en la gasolina hasta que, en 1995, el combustibl­e con plomo desapareci­ó definitiva­mente de las gasolinera­s de América. Patterson había vencido definitiva­mente, pertrechad­o solo con un puñado de datos rigurosos, a una de las acciones más rentables de las petroleras.

 ??  ?? Clair Patterson determinó con exactitud en 1953 la edad de la Tierra en 4.550 millones de años
Clair Patterson determinó con exactitud en 1953 la edad de la Tierra en 4.550 millones de años

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain