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El gran número de muertos hace temer una catástrofe como la de 2010
Poca expectativa pero muchas preguntas ha dejado el inicio del proceso de negociación entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición venezolana en México. Con la firma de un acuerdo de entendimiento por Gerardo Blyde (por la oposición venezolana),
Dag Nylander (representante noruego) y Jorge Rodríguez (presidente del parlamento chavista), se dio inicio a las convesaciones que se calcula pudieran extenderse durante unos seis meses y cuyo memorándum de entendimiento inicial establece que «nada está acordado hasta que todo esté acordado», aunque deja abierta la puerta para los acuerdos parciales. El método del todo o nada ya fue intentado en Barbados y antes en República Domincana cuando los sectores políticos no lograron consensos. Esta vez se permiten esos avances parciales, que varios actores han dicho son claves para poder dar respuestas más inmediatas. De hecho el enviado de Maduro, Jorge Rodríguez, dijo este viernes que espera que haya avancespronto con los primeros convenios. «Propongo de manera concreta que avancemos en acuerdos rápidos, urgentes». En principio, todo estará enmarcado en los siete puntos de la agenda prestablecida y acordada: derechos políticos para todos, garantías electorales para todos, cronograma electoral para elecciones observables, levantamiento de sanciones y restauración de derechos a activos, respeto al Estado Constitucional de Derecho, convivencia política y social y renuncia a la violencia, protección
El misterio permanece sobre la delegación del régimen. Solo se conocen tres integrantes entre los que está «Nicolasito»
protección de la economía nacional y de la seguridad social, y garantías de verificación de lo acordado. El documento que contiene tales previsiones fue construido con cuidado para que ninguna palabra estuviera lejana a la narrativa aceptable de los bloques contrapuestos. De hecho, el representante opositor Gerardo Blyde, que nunca sonrió, admitió que «cada parte ha tenido que ceder en su narrativa para tener un punto medio inicial». Abogó por lograr una normalidad democrática, respeto a los derec hos humanos y «perdón sin impunidad». El delegado del chavismo dijo, siempre sonriente, que su gobierno no acepta amenazas ni presiones externas y destacó que «cuando estamos en ciernes de iniciar este proceso, aparecen quienes pareciran tener agendas diferentes», en referencia al embajador gobierno interino de Juan Guaidó ante EEUU, Carlos Vecchio, a quien la delegación chavista quiso vetar de las negociaciones. Desde Caracas Nicolás Maduro saludó el diálogo con un mensaje sobrio. «Agradecemos a México y Noruega, sus esfuerzos por la Paz del pueblo venezolano», escribió en Twitter. Desde la propaganda oficial se ha insistido en que se trata de un logro del mandatario, pues «sentó a los violentos» y casi los arrinconó hasta hacerlos negociar manteniendo una posición de fuerza luego de «estabilizar al país».
Por su parte, Juan Guaidó publicó un vídeo afirmando que de no conseguir pactos, si el chavismo intenta eludir el acuerdo, «el conflicto se profundizará y la presión aumentará». Afirmó que al país no le sirve otra «negociación fallida». Los sectores más críticos han manifestado su excepticismo ante un nuevo intento de negociar con el régimen condiciones democráticas, como ha ocurrido al menos seis veces antes sin resultados.
El sector más duro de la oposición critica que se hable sobre democracia con Maduro, pero la mayoría quiere explorar