Charlène: una operación y muchas incógnitas
UNA ELEVACIÓN DEL SENO MAXILAR PROVOCÓ UNA INFECCIÓN QUE HA REQUERIDO DE UNA NUEVA INTERVENCIÓN, ESTA VEZ SIN ESPECIFICAR
LosLos nubarrones vuelven a cernirse sobre el principado monegasco. En este caso se trata del estado de salud de la princesa Charléne de Mónaco. El anuncio del principado de la nueva operación de la esposa consorte de Alberto de Mónaco cogió ayer por sorpresa a todo el mundo. Poco amigo de dar declaraciones, el monarca hizo
una excepción para confirmar el estado de la paciente tras pasar por el quirófano. «La operación ha salido bien. La princesa Charlène está descansando y nuestros pensamientos están con ella», confirmaba Alberto de Mónaco agradecido por las muestras de cariño de las últimas horas. Los motivos de la nueva operación son una incógnita. Algo nada raro en todo lo que tiene que ver con el principado, muy interesado en filtrar noticias favorables, pero poco de dar explicaciones en momentos peliagudos. Llueve sobre mojado. La nueva operación de la princesa viene precedida de su desaparición de Mónaco desde el pasado mes de mayo, cuando Charlène viajó a Sudáfrica parar cumplir con unos compromisos de su Fundación en la lucha contra la caza de los rinocerontes. Según la propia princesa explicó al Channel 24 sudafricano, fue entonces cuando, tras una intervención bucal, concretamente una elevación del seno maxilar, sufrió una infección de oídos, nariz y garganta. Hasta ahí el diagnóstico oficial. A partir de ahí también las especulaciones de la prensa del principado que no entienden cómo la princesa no ha vuelto a Mónaco desde hace cuatro meses. Hasta tal punto que se ha llegado a hablar de fechas para un anuncio oficial de separación. Aunque Alberto de Mónaco no ha viajado para estar a su lado en la operación, está previsto que el rey y sus dos hijos en común, Jacques y Gabrielle, viajen hasta Sudáfrica para acompañar a la princesa mientras dure su proceso de recuperación. Según fuentes de Mónaco, será la segunda visita que Alberto de Mónaco ha hecho a su esposa durante los cuatros meses que dura su estancia. De la primera, curiosamente, no ha habido testigo gráfico.