Pitos a Mbappé en el primer día de Messi
La afición parisina le censura que no renueve y él responde con gol y asistencia. El Madrid, a la espera
El mercado de fichajes es muy largo y la recta final suele ser la más interesante. Por eso el Real Madrid nunca ha tenido prisa en el asunto Mbappé, un culebrón en el que las piezas podrían ir encajando a partir de ahora. El delantero está muy cerca de anunciar sus planes de futuro y los pitos que recibió ayer de su afición podrían ayudarlo a decidir. El PSG aprovechó la previa del partido ante el Estrasburgo para presentar a todos sus nuevos fichajes. Hubo ovación cerrada para los nuevos, pero cuando se anunció en el videomarcador el número 7 de Mbappé, se escuchó en la grada una mezcla de pitos y abucheos. Más presión para el futbolista de la que ya le puso encima Al-Khelaifi con sus palabras el día de la rueda de prensa de Messi, cuando colocó la pelota en el tejado de Kylian al asegurar que ya no tenía excusa para quedarse en París.
Pero la realidad es que Mbappé se ha negado a renovar con su equipo y acaba contrato el 30 de junio de 2022, con lo que los nervios del jeque son normales. Sabe que el ex del Mónaco se puede ir gratis el año que viene y su única opción para llevarse un beneficio es ponerlo en el mercado a un precio razonable. Y ahí es donde entraría en juego el Real Madrid, que ha hecho caja los últimos veranos y desde Hazard no ha realizado un gran desembolso. Este curso ya ha salido Varane por 50 millones y una cifra parecida está dispuesto a poner el Arsenal para llevarse a Odegaard, que no tiene sitio en el esquema de Ancelotti. La llegada de Messi a París, donde ahora sólo hay ojos para él, es una buena noticia para los que quieren ver a Mbappé ya de blanco, y los pitos de ayer pueden colmar el vaso.
El Parque de los Príncipes casi se vino abajo en el recibimiento a Leo, que apareció junto a Donnarumma, Sergio Ramos, Achraf y Wijnaldum, pero el que resolvió el encuentro ante el Estrasburgo (4-2) fue Mbappé, con un gol, una asistencia y un partidazo con el que responder a los reproches de su hinchada. Lo que no regaló fue muchas sonrisas al irse al vestuario.