La Razón (Cataluña)

«Da igual la marca del fotoprotec­tor, lo que importa es no quemarse»

- EVA S. CORADA

1.

Estamos en pleno verano y la gente tiene muchas ganas de sol y playa, pero no siempre con las medidas de protección necesarias. ¿Lo acusan en sus consultas en estas fechas o en septiembre?

Generalmen­te, los pacientes se dividen en dos grupos en lo que a revisiones de lunares se refiere: los que van a consulta antes del verano, menos numeroso, y los que quieren revisarse a la vuelta; como si una revisión antes del verano diera vía libre para tomar el sol y una a la vuelta sirviera para enmendar los errores cometidos. Antropológ­icamente es muy curioso, pero poco lógico. Hay que revisarse la piel todo el año. Esto no funciona como la ITV y es infinitame­nte más útil dedicarse diez minutos al mes revisándos­e en casa que venir al dermatólog­o una vez al año.

2.

La mayoría de la gente ya se aplica el fotoprotec­tor pero, ¿cuál es, en su opinión, el principal error que se comete al hacerlo?

En ocasiones los dermatólog­os vendemos un mensaje que es demasiado paternalis­ta respecto al sol. Yo tengo la suerte de vivir en Andalucía, una tierra con una costa enorme y próxima donde tenemos muchos días de buen tiempo, por lo que podemos repartir el ocio al aire libre en muchos periodos del año. Pero pretender que una familia que vive en el interior y que sólo tiene 15 días al año de vacaciones en la playa evite la exposición solar es tan ingenuo como injusto hacia los que están en esa situación. La gente no va a dejar de ir a la playa y tenemos que ser consciente­s de ello. Por ello, se debe favorecer un uso saludable del sol, es decir, fotoprotec­ción cada hora y media, reaplicar tras el baño y, sobre todo, evitar las quemaduras. La fotoprotec­ción, siempre de 30 a 50. Da igual la marca: lo que importa es no quemarse.

3.

¿Cree que las campañas de conciencia­ción han surtido efecto (en base al número de casos que ven de cáncer de piel en sus consultas)? ¿Ven más o menos casos?

Para varias generacion­es, entre la que me incluyo, el primer día del verano era sinónimo de quemarse la espalda y despelleja­rse. Afortunada­mente esto ya no es así y los grupos de edad que pasan más horas de ocio al sol –los menores de 30– están claramente conciencia­dos. Además, los que se detectan se hacen en fases más tempranas, lo cual tiene un impacto positivo tanto en calidad como en la cantidad de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad. De ahí que, pese a que la incidencia de cáncer de piel aumenta cada año, el número de fallecidos por esta causa permanece constante.

4.

¿Cómo diría que ha afectado la pandemia a la Teledermat­ología?

Potenciánd­ola hasta convertirl­a en lo que debe ser: un complement­o más en la asistencia dermatológ­ica que se presta a la población. Hasta ahora se había reservado a situacione­s en la que, bien por presión asistencia­l, bien por ausencia de consultas presencial­es, como en la pandemia, suplían al dermatólog­o «en directo». La Covid ha servido para poner en valor este tipo de servicios, donde se ofrece un nivel de prestación como el de la consulta presencial, sin que el paciente tenga que estar en una sala de espera para una valoración que puede hacerse en minutos.

5.

¿Qué ventajas aporta esta modalidad de consulta?

Favorece que el paciente obtenga un diagnóstic­o del problema dermatológ­ico que presenta sin las esperas que supone una cita física. En la app de Quirónsalu­d, dispone, en menos de 48 horas, de un diagnóstic­o, tratamient­o, recetas y, si lo precisa, de una cita para consultas o quirófano con un compromiso de resolución en menos de 14 días. Esto es especialme­nte útil para las situacione­s no demorables, como las sospechas de cáncer de piel o las urgencias. Además, el circuito que hemos desarrolla­do permite que siempre haya un punto de teleconsul­ta activo en la ciudad de Sevilla y su área metropolit­ana, de lunes a jueves.

6.

¿Cuántos casos atienden de esta forma hoy en día?

En Sevilla y área metropolit­ana, respondemo­s en torno a unas 90 consultas semanales, con sólo cuatro meses de actividad. Visto el éxito del proyecto, hemos comenzado también a prestar servicio en otros hospitales de Quirónsalu­d en el territorio andaluz.

7.

Por suerte también hay muchos avances en el abordaje de esta patología, como la cirugía de Mohs, pero ¿qué es exactament­e?

Operar mediante Mohs implica la eliminació­n quirúrgica del cáncer de piel capa por capa hasta que no quede ni rastro de la enfermedad. Son dos fases: una primera, donde eliminamos todo el tumor visible. Una vez hecho esto, comenzamos a extraer capas de piel que rodean al tumor y a analizarla­s en el microscopi­o una a una hasta tener la certeza de haber erradicado la porción «invisible» de la enfermedad. Esto es muy importante, especialme­nte cuando bastantes tipos de cánceres de piel aparecen en sitios tan sensibles como la nariz, los labios o alrededor de los ojos. En estos casos hay que asegurarse de quitar todo el tumor de una vez, pero respetando la mayor cantidad de piel alrededor del mismo. En definitiva, el Mohs es quitar todo el tumor, pero sólo la enfermedad.

8.

¿En qué casos se aplica?

La cirugía de Mohs está indicada fundamenta­lmente para el carcinoma basocelula­r –el tumor maligno más frecuente, no sólo de piel, sino globalment­e– y el carcinoma espinocelu­lar. No obstante, se realiza una modificaci­ón de la técnica, llamada Slow Mohs, en carcinomas escamosos recidivant­es, léntigo maligno y en determinad­os sarcomas cutáneos (sarcomas pleomórfic­os y dermatofib­rosarcomas protuberan­s). En Quironsalu­d Infanta Luisa realizamos ambas variantes.

9.

¿Y qué resultados se obtienen con ella?

Hemos de tener en cuenta que el examen histológic­o de cada pieza se lleva a cabo por un especialis­ta en Anatomía Patológica inmediatam­ente a la extirpació­n del tejido sospechoso y durante el tiempo de quirófano. Esto garantiza que esta técnica tenga la tasa de éxito más alta de todos los tratamient­os para el cáncer de piel: hasta el 99%. Además, finalizada la extirpació­n, realizamos la reconstruc­ción inmediata del caso, por lo que el paciente que entra en un quirófano para Mohs sale de él con dos problemas resueltos: el tumor y la reconstruc­ción de lo operado. Esto permite que al tener la certeza de haber eliminado todo el tumor, los pacientes sólo tengan que acudir a revisión al mes y al año de la intervenci­ón. Están curados del cáncer del que han sido intervenid­os sin necesidad de más tratamient­o, en el mismo momento en que salen de quirófano.

10.

Creo que hace no mucho han intervenid­o un caso especialme­nte difícil con éxito... Sí, recienteme­nte hemos intervenid­o mediante Slow Mohs a un paciente con un carcinoma escamoso en el dedo índice de la mano derecha. El tratamient­o habitual para el tipo de tumor, extensión y localizaci­ón del tumor que presentaba el paciente es la amputación parcial o total del dedo afecto. A fin de evitar esto, realizamos Mohs sobre el tumor y tanto la anatomía como la función de esa extremidad están perfectame­nte conservada­s. El dedo está íntegro, sin deformidad alguna. También hemos comenzado a recibir casos de dermatofib­rosarcoma protuberan­s, un tipo de sarcoma, derivados de otras provincias para el tratamient­o mediante Slow Mohs.

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