La huida de Ghani en una avioneta cargada de dinero
El ex líder afgano tuvo que dejar en tierra una bolsa con billetes
La poco decorosa huida en la tarde del domingo del ex presidente Ashraf Ghani, a bordo de un helicóptero y cargado de bolsas con dinero, cuando hacía creer en esos momentos que las autoridades afganas negociaban con los talibanes «un gobierno de transición» es la metáfora más patética del desmoronamiento del Estado afgano, un espejismo de democracia, que no ha superado las dos décadas de vida. Según el relato de un empleado de la Embajada rusa en Kabul a las agencias de noticias de su país, en su huida el mandatario se llevó consigo «cuatro vehículos cargados de dinero y trató de meter otra bolsa de dinero en efectivo en el helicóptero. No todo el dinero cupo y una parte del mismo quedó tirado en la pista». Ayer, el propio portavoz de la Embajada rusa en Afganistán hacía hincapié en que «la situación en Kabul es mejor en los primeros días de control talibán que bajo la presidencia de Ghani». «La forma en que Ghani huyó de Afganistán es lo que mejor caracteriza la caída del régimen», resumía el portavoz ruso. Moscú ya ha mostrado su disposición a cooperar con las nuevas autoridades. Por el momento, el paradero final del presidente no se conoce con certeza. La cadena de televisión Al Yazira informó, citando a un guardia de seguridad del presidente, de que Ghani se ha trasladado a la capital de Uzbekistán, Taskent. Por su parte, según otra agencia rusa, Sputnik, que cita fuentes afganas, sitúa a Ghani en el sultanato de Omán, adonde habría viajado desde Tayikistán al serle negado el aterrizaje en la república centroasiática aliada de Moscú. El destino final de Ghani, al que acompaña su asesor en seguridad nacional Hamdullah Mohib y otro estrecho colaborador, sería Estados Unidos.
La deserción de Ghani es juzgada como «traición» por la sociedad afgana después de que el presidente se hubiera comprometido públicamente a permanecer en el país a pesar del avance fundamentalista. No ha sido así. El mandatario escapó de Afganistán antes mismo que lo hicieran las fuerzas militares estadounidenses que lo apuntalaron en el poder. Según el medio afgano Tolo News, en dos días hasta 45 vuelos de pasajeros viajaron desde Afganistán y Tayikistán y otros 28 hicieron lo propio hasta Uzbekistán con oficiales del derrotado Gobierno a bordo.