«LO PÚBLICO GESTIONA BIEN, ES EFICIENTE, COMPETENTE Y NO RESPONDE A INTERESES O PRIVILEGIOS PRIVADOS»
PareceParece una frase sacada del catecismo de los gobernantes dictatoriales, generalmente populistas e izquierdosos, aunque no siempre, lo cual, dicho por la secretaria de Organización de Unidas Podemos, no es de extrañar. Lo que es de extrañar extrañar es ese empeño de la izquierda, por más jóvenes que sean, de reincidir una y otra vez en las recetas que han fracasado una y otra vez. Dice usted, Verstrynge, apellido que sugiere mucha movilidad, que lo público gestiona bien, es eficiente y todas esas cosas de no servir a intereses ni privilegios privados, y sin embargo, es precisamente todo lo contrario, como lo demuestra no solo la teoría económica, social y política, sino los hechos, a los cuales me remito. En Cuba, antes de la llegada de los «barbudos», la producción de azúcar era la mayor en importancia del mundo, alcanzando los 5 millones de toneladas, y en su mayoría en manos de pequeños productores, oligarcas diría usted, que perdieron sus ingenios expropiados por el nuevo gobierno revolucionario socialista, que prometía, como reza su catecismo, reparto de la riqueza y esas monsergas, porque la riqueza que proporcionaba el azúcar desapareció. De hecho, en los últimos años, Cuba ha tenido que importarla, mientras que en Florida, refugio de los exiliados cubanos se producen 6 millones de toneladas. Pero aún hay más, porque incluso cuando es el estado el que tiene participación en la producción, éstas pueden dar beneficios, siempre y cuando claro, no sigan su recetario decimonónico y más que trasnochado, como es el caso de Venezuela. Resulta que la compañia estatal de petróleos, PDVSA, antes de la llegada del socialista y revolucionario Hugo Chávez, estaba a la cabeza de la producción mundial de crudo con 3 millones de barriles diarios, sin embargo, con la gestión ideal que usted propone, hoy por hoy son 400.000, como en 1930. Y podríamos hablar de los privilegios y los intereses que han gozado y gozan los dirigentes socialistas revolucionarios en sus regímenes ideales con coches oficiales, fincas privadas, servicio doméstico...