Toque de queda más duro contra los botellones
El Govern lo solicita al TSJC otra semana y limita las reuniones
Sigue el toque de queda en Cataluña para tratar de doblegar una quinta ola del coronavirus que empezó a golpear coincidiendo con la llegada del verano, en la verbena de San Juan. La Generalitat ha decidido mantenerlo una semana más y pedirá mañana al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que lo valide hasta el 27 de agosto, un requisito indispensable para prorrogarlo sin el paraguas del estado de alarma. alarma. De ser así, el confinamiento nocturno de 1:00 horas a 6:00 de la madrugada seguirá y se habrá aplicado durante el grueso del verano, desde mediados de julio hasta finales de agosto.
En concreto, el toque de queda afectará a Barcelona, la corona metropolitana y un total de148 municipios catalanes y también se limitarán las reuniones a un máximo de 10 personas para evitar el contagio del coronavirus. La novedad es que el Procicat, el comité técnico que gestiona la pandemia, ha decidido bajar de 250 a 125 casos por cada 100.000 habitantes el umbral de incidencia acumulada a siete días fijado para estar sometido a esta medida.Y es que la Generalitat ha vuelto a endurecer el criterio para poder seguir aplicándolo ante la mejoría de los datos. Se trata de la segunda vez en un mes que da otro vuelco y cambia los requisitos: en julio propuso aplicar el toque de queda a los municipios de más de 5.000 habitantes con una incidencia de 400 casos por cada 100.000 ciudadanos.Ahora, el umbral es de 125 casos, un cambio tras la mejora de los datos epidemiológicos en Cataluña.
Si el TSJC valida esta nueva prórroga del confinamiento nocturno –que se volvió a aplicar de nuevo en Cataluña el pasado 16 de julio–, pasarán a tener esta restricción de movilidad un total de 148 municipios catalanes, 125 de ellos por sus datos epidemiológicos y los otros 23 porque están rodeados de localidades con alta incidencia.
Uno de los motivos por los que la Generalitat ha endurecido los criterios y así poder mantener el confinamiento nocturno son los macrobotellones, que inundan el litoral catalán en pleno verano y especialmente en las localidades sin toque de queda, una circunstancia que preocupa en el seno de la Generalitat. Eso hace que en pequeñas poblaciones del litoral muy turísticas –especialmente de la Costa Brava– proliferen las reuniones sociales en la playa o en zonas públicas como plazas o parques, que podrían multiplicarse en Barcelona y la zona metropolitana si no hubiera limitación. De hecho, la patronal del ocio nocturno pide poder reabrir aunque sea con limitaciones para evitar así las concentraciones masivas en la calle.
Baja de 250 a 125 casos por cada 100.000 habitantes el umbral de incidencia para aplicarlo. El ocio nocturno pide abrir