A falta de pan…
Obras: Porpora. Dirección: Markellos Chryssicos. Intérpretes: Franco Fagioli, Max Emanuel Cencic, Julia Lezhneva. Orquesta Armonía Atenea. Auditorio San Lorenzo de El Escorial. 15-VIII-2021.
LaLa obra se estrenó en 1738 en el romano Teatro delle Dame, con un reparto formado exclusivamente por hombres y «castrati». La ópera de Porpora se basa en un libreto veneciano que también utilizaron Vinacessi, Keller, Orlandini, Predieri,
Fioré y el mismísimo Vivaldi. Historias de enfrentamientos familiares con la finalidad de apropiarse la herencia de Luigi, il Pio. Tuvo su gracia la escenificación en Bayreuth, que puede verse en YouTube, con la familia sentada en una mesa en plan mafioso. En el Escorial, lo que nos queda son tres horas, descanso incluido, frente a las cinco originales. Un acierto esta aligeración en los extensos y numerosos recitativos y algún número. Y la música tiene interés sin llegar al de las grandes óperas barrocas, sobre todo porque es un vehículo para el espectacular lucimiento de los cantantes. Un reparto excepcional en el que sobresale la expresividad del contratenor Franco Fagioli en sus arias y, sobre todo, en el único, largo y precioso dúo «Dimmi che m’ami» junto a una así mismo magnífica Julia Lezhneva, que ofreció toda una lección de coloratura en su primer aria «Sento che in sen turbato». Otro tanto Fagioli en la escena final del acto segundo «Spesso di nubi cinto», pleno de trinos y flexibilidad, combinando exhibicionismo con lirismo. Max Emanuel Cencic también lució su virtuosismo de contratenor en su papel protagonista, quizá un punto menos brillante el color que el argentino. En Bayreuth fue también regista. El tenor Petr Nekoranec mostró clase y caudal, especialmente en su aria «Piena di sdegno in fronte». A muy buen nivel el resto del reparto. Markellos Chryssicos se puso al frente de la orquesta, en el prácticamente único cambio respecto a Bayreuth, donde dirigió George Petrou, responsable del nivel de Armonia Atenea. Acompañó magníficamente los momentos más íntimos y, quizá, la faltó la vitalidad de un Minkowski en los más dramáticos. Escuchar un reparto de este altísimo nivel por 30 euros es un chollo y, sin embargo, no se llegó al 50% de la ocupación permitida. Eso tienen las improvisaciones de última hora. A lo expuesto al inicio ha de añadirse la ausencia de los ya imprescindibles subtítulos o los contados QR para el programa, por lo que asistimos a una sucesión de números virtuosísticos sin enterarnos de nada del intrincado argumento. Eso sí, un enorme éxito. Esperemos que haya segundo festival «internacional» y que la Comunidad de Madrid se entere de algo que desconoce: el fin para el que fue creado el teatro-auditorio de El Escorial.
DENTRO DEL REPARTO EXCEPCIONAL, SOBRESALIÓ FRANCO FAGIOLI EN SU DÚO CON JULIA LEZHNEVA