LOS VIDEOJUEGOS COBRAN VIDA EN LA NUEVA PELÍCULA DE DISNEY PROTAGONIZADA POR RYAN REYNOLDS
VIDEOJUEGOS Y CULTURA POPULAR SE DAN LA MANO EN UN FILME EN EL QUE EL ACTOR CANADIENSE SE EMBARCA, JUNTO AL DIRECTOR SHAWN LEVY («NOCHE EN EL MUSEO»), EN LA BÚSQUEDA DE LA PRIMERA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DE LA HISTORIA
ShawnShawn Levy vuelve al cine con «Free Guy», uno de esos proyectos de Fox que, por cosas de la industria, pasaron a manos de Disney. El veterano director se sirve ahora del carisma de Ryan Reynolds para contar una historia sobre un tipo cualquiera, con un trabajo del montón, un mejor amigo del montón y unas aficiones, lo han adivinado, también del montón. Un buen día, este mediocre (de ahí el «Guy», tipo, en inglés) descubrirá que puede ser alguien más, que no tiene que seguir el camino de lo convencional y que, quizá, haya un mundo todavía por descubrir: «He contado muchas historias gracias al CGI y los efectos digitales, pero siempre intento mantener un equilibrio entre los efectos y el interés humano», explica el realizador. Y sigue: «El desafío era no perderse en lo digital. Y era también lo divertido, porque trata sobre un personaje dándose cuenta de que vive en un mundo de videojuegos. Por eso, hay momentos en los que los efectos digitales pueden deslumbrarnos, porque quería dar la sensación de que el personaje de Ryan Reynolds está sobrepasado por las circunstancias, apabullado», añade con emoción.
Un tipo cualquiera
Para entender la nueva película de Levy, además de estar dispuesto a sentarse durante sus casi dos horas de metraje de tiros, explosiones, amor heterosexual y Mariah Carey, hay que saber primero lo que es un NPC. Estos «Nonplayable-character» (personajes no jugables, otra vez en inglés) son los bits, casi en forma de extras del cine, que nos encontramos en cualquier videojuego. Reynolds da vida a uno de ellos, y lo hace en el más difícil todavía de los sentidos, convirtiéndose en el primer NPC que alcanza la singularidad, es decir, cuando un organismo –en este caso, digital– digital– es capaz de pensar por sí mismo y tomar sus propias decisiones. Ontológicamente, un cacao; cinematográficamente, un espectáculo tan divertido como aterrador respecto a la explotación de las propiedades intelectuales del Hollywood parco de ideas. Por suerte, siempre nos quedará Ryan Reynolds: «Como actor, es el sueño de cualquier director. La química fue inmediata, porque ambos queríamos que “Free Guy” estuviera llena de acción pero no por ello hacerla fría. Queríamos dejar clara la idea de la película: se puede vivir en el fondo, como un NPC, o se puede dar un paso al frente y de verdad mejorar la vida de quienes te rodean», detalla.
Después de acercarse al revisionismo histórico, a la comedia familiar y al boxeo entre robots (notable su «Acero puro» junto a Hugh Jackman), Levy es sincero respecto a su acercamiento a los videojuegos para preparar la película: «Para prepararme, jugué mucho al “Grand Theft Auto” y a “Uncharted”, también por lo cinemático que es este último y cómo cuida a sus personajes. Ni mucho menos era un jugador empedernido antes de subirme al proyecto. En los nueve meses en los que estuvimos trabajando el guion, me documenté todo lo que pude, y eso pasa por jugar a muchos videojuegos distintos y aprender», se despide.