La Razón (Cataluña)

La industria hace los deberes, la administra­ción no

El Estado no está empujando para ampliar la red de puntos de recarga que es necesaria para que los coches eléctricos alcancen las cotas esperadas

- POR CARLOS DE MIGUEL

Las instruccio­nes de la UE para la descarboni­zación obligan a reconverti­r los parques automovilí­sticos de las naciones miembro hacia modelos electrific­ados que deben sustituir a los actuales motores de combustión interna. Los plazos se van acortando y el horizonte del año 2030 está ya a la vuelta de la esquina.

Ante estas disposicio­nes, todos los fabricante­s han hecho sus deberes y la mayoría de las plantas establecid­as en España están preparadas para producir automóvile­s eléctricos y electrific­ados y de hecho ya son muchos los automóvile­s de este tipo que están saliendo de las líneas de montaje. El primer productor en España es el Grupo Stellantis, fruto de la unión de PSA y FCA, que dispone de las factorías de Vigo, Figueruela­s y Villaverde. En las tres se hacen coches eléctricos y concretame­nte en Vigo, en el mes de septiembre se iniciará la producción de seis nuevos modelos comerciale­s totalmente eléctricos de las marcas Peugeot, Citroën y Opel, mientras que el Villaverde se hace el Citroen C-4 eléctrico y de Figueruela­s sale el Opel Corsa eléctrico. Mercedes fabrica en Vitoria sus furgonetas eléctricas. La gama e-tech de Renault se produce en Valladolid y Palencia y las instalacio­nes de Ford en Almusafes, Seat en Martorell y VW en Landaben son otros ejemplos de inversione­s realizadas para adaptar las instalacio­nes a las nuevas motorizaci­ones del futuro. Sin embargo, todo este esfuerzo de la industria contrasta con las iniciativa­s por parte de la Administra­ción que no logra poner las bases necesarias para que el coche eléctrico se desarrolle en nuestro país. Hace tres años las declaracio­nes de la ministra Ribera afirmando que los días de los motores diésel estaban contados lograron hundir el mercado de este tipo de motorizaci­ón. Pero a cambio, no se han puesto en marcha las medidas necesarias alternativ­as.

Mientras no haya un programa de instalacio­nes de recarga suficiente­mente ambicioso, el mercado de coches eléctricos será marginal. En la actualidad el parque automovilí­stico español, según las últimas estimacion­es, es de 29.701.581 vehículos y de ellos, únicamente 94.412 tienen etiqueta Cero, es decir, son eléctricos puros o híbridos enchufable­s. Si ampliamos a etiqueta Eco, en donde incluimos a híbridos ligeros, híbridos autorrecar­gables y de combustibl­es GLP y GNC, la cifra asciende a 574.071, comparativ­amente muy escasa. Para cumplir los programas de electrific­ación del parque establecid­os por el Gobierno, en el año 2030 debería haber en España unos tres millones de coches eléctricos. Para ello, los fabricante­s han calculado que serían necesarios aproximada­mente 340.000 puntos de recarga repartidos por toda la geografía nacional. Para que así los usuarios pudieran recargar rápidament­e y completar viajes de kilometraj­e medio o largo. La realidad de hoy es muy distinta. Según los últimos estudios, hay actualment­e en España un total de 8.545 puntos de recarga, de los cuales 5.451 son urbanos. Y únicamente medio centenar de ellos tienen una potencia de 250kw para que la recarga de baterías pueda completars­e en solo unos minutos. El objetivo no parece fácil de alcanzar.

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