Fin de semana sin toque de queda a la espera de la justicia
El Govern pide un cierre a medida para Barcelona y las ciudades de más de 20.000 habitantes tras el revés del TSJC
Ni en las dos últimas noches ni en las dos próximas. Este fin de semana, penúltimo de agosto, no habrá toque de queda en la práctica totalidad de Cataluña con el foco puesto en Barcelona, sus playas y las fiestas del barrio de Gràcia, que finalizan mañana sumando noches de aglomeraciones y desalojos. Una situación inédita desde el 15 de julio, después de que la justicia tumbara las restricciones horarias solicitadas por la Generalitat tras un nuevo cambio de criterio del Ejecutivo en sus requisitos, el cuarto en cinco semanas.
Ahora, el Govern pide un confinamiento nocturno a la carta que se pueda aplicar en Barcelona y otros 61 municipios catalanes de más de 20.000 habitantes con un índice de contagio del coronavirus superior a 125 casos por cada 100.000 personas. Un cierre fuera de plazo que no llegaría hasta el lunes, cuando el tribunal delibere si da o no el visto bueno a la propuesta de la Generalitat, obligado a improvisar a toda prisa.
Así lo anunció este viernes el Ejecutivo catalán después de que el TSJC rechazara el jueves la propuesta de la Generalitat de prorrogar una semana más el toque de queda en 148 municipios. Cabe recordar que desde la medianoche del del viernes, la limitación de movilidad entre las 1:00 horas y las 6:00 de la madrugada se aplica únicamente a 19 localidades de más de 5.000 habitantes con un índice de contagio superior a los 250 casos, entre las que no se encuentran Barcelona ni su zona metropolitana.
Tras el revés de la justicia, la Generalitat presentó ayer una contrapropuesta al TSJC para poder ampliar el toque de queda en los próximos siete días «con un criterio selectivo» en los municipios de más de 20.000 habitantes con una incidencia de más de 125 casos por cada 100.000 habitantes, lo que considera una situación epidemiológica de «muy alto riesgo» y que incluiría a 62 municipios, entre ellos Barcelona, su corona metropolitana, además de Girona, Lleida y Tarragona, entre otras. Es decir, un cierre nocturno a medida para la capital catalana, ciudades como Terrassa, Badalona o L’Hospitalet y los núcleos urbanos de las tres capitales de provincia restantes.
Según ha informado el TSJC, una vez la sala contenciosa ha recibido esta petición del Govern, la ha remitido a la Fiscalía, como es preceptivo, con el objetivo de poder deliberar el próximo lunes, por lo que las medidas que plantea el Ejecutivo no se han podido aplicar el fin de semana.
Para justificar su propuesta, la Generalitat se remite a un informe de la Agencia de Salud Pública que considera «necesario y justificado», como medida de salud pública, aplicar el confinamiento nocturno a los municipios de más de 20.000 habitantes con una incidencia de 125 casos por cada 100.000 personas para reducir «la circulación y transmisión del virus».
Noches de fiesta
En la primera noche sin toque de queda en Barcelona y otros municipios, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana desalojaron a unas 4.100 personas en la capital catalana: 2.100 han sido dispersadas en las playas y 2.000 en Gràcia, donde se celebran las fiestas más populares de la ciudad.
«Estamos aplicando un dispositivo para combatir la saturación de espacios, no para sancionar, sino para vaciar los excesos de concentración de personas», aseguró el teniente alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, en declaraciones a Rac1.
Mientras dura este pulso entre el Govern y el TSJC, el ocio nocturno clama y pide poder abrir hasta más tarde para evitar concentraciones masivas. De hecho, la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (FECASARM) prevé un fin de semana con un gran incremento de los botellones y las fiestas ilegales.
El declive de la quinta ola sigue haciendo mejorar los indicadores epidémicos en Cataluña y de presión hospitalaria, aunque la mortalidad se mantiene por encima de los 20 fallecidos al día.
POR C. RUBIO / J. PLANES