Afganistán se convierte en la «tumba» de Biden
El presidente mantuvo una retirada sin condiciones que ha sido un fracaso estratégico Su popularidad se resiente y los demócratas temen un retroceso electoral en 2022
Joe Biden se enfrenta a los días más oscuros de su mandato desde que tomara posesión del cargo en enero de ese año. El presidente de EE UU no hubiera imaginado, ni en la peor de sus pesadillas, que la simbólica celebración del XX Aniversario de los atentados de las Torres Gemelas, el próximo 11 de septiembre, quedase ensombrecida por el caótico cierre de la prolongada campaña militar en Afganistán. El final más amargo que se recuerda, después de Vietnam, en la guerra más larga y que ha culminado con una fallida retirada de soldados presentes en suelo afgano desde hace dos décadas.
Lo que tenía que ser un triunfo para Biden se ha acabado convirtiendo en su mayor pesadilla. El error de cálculo de los servicios secretos ha sido letal, dejando al comandante en jefe de las fuerzas armadas expuesto ante la amenaza talibán, el rápido hundimiento del gobierno afgano y el consecuente sufrimiento de cientos de miles de personas. Ya en casa, la opinión pública, la prensa y la clase dirigente, incluso entre las filas demócratas, no han tenido hacia Biden ni un gesto de condescendencia.
Tanto es así, que el Congreso de EE UU decidía esta semana abrir una investigación contra el Gobierno de Biden. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, considera que el presidente debe dar explicaciones por la caótica salida de las tropas estadounidenses de Afganistán. La presión para que
Biden retrase la fecha de la retirada definitiva de soldados es cada vez mayor. Congresistas de ambos partidos han pedido al presidente que interrumpa la salida de las tropas estadounidenses en Afganistán hasta que la seguridad de la población civil esté totalmente garantizada.
Un total de 44 congresistas han instado a Biden, en una carta abierta, a retrasar el plazo del 31 de agosto para la retirada definitiva de los soldados estadounidenses, pidiéndole quedarse en Afganistán «el tiempo que sea necesario» para que las personas que deben abandonar el país puedan puedan hacerlo de forma segura. Entre los legisladores que se han comprometido a iniciar varias pesquisas para averiguar qué ha sucedido exactamente con la salida de las tropas en Afganistán, encabezados por el liberal y ex veterano de guerra con Obama Tom Malinowski, otros tres pesos pesados del Partido Demócrata en el Senado: Bob Menéndez, presidente del Comité de Exteriores; Mark Warner, presidente del Comité de Inteligencia; y Jack Reed, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas. Menéndez, de origen cubano, adelantó que organizará una audiencia en la Cámara Alta para evaluar las «fallidas» negociaciones del Gobierno de Trump con los talibanes y señaló que «estamos siendo testigos de los horribles resultados de muchos años de fallos políticos y de inteligencia».
Fue el propio Trump quien pactó la retirada de las tropas estadounidenses y le puso fecha límite, el 1 de mayo, incluso antes que la de Biden, 31 de agosto. Mike Pompeo, ex secretario de Estado de EE UU, arremetía contra el democráta sin mencionar que los Acuerdos de Doha de 2020 fueron firmados por su Administración. Biden mantuvo los pactos con los talibanes y promovió una salida sin condiciones a los yihadistas
que ha resultado letal. La popularidad del presidente empieza a resentirse como han reflejado los sondeos de opinión esta semana. El respaldo a Biden ha descendido hasta rozar el porcentaje más bajo de su primer año en la Casa Blanca, según la reciente encuesta de Reuters/Ipsos publicada este martes. La aprobación del presidente bajó hasta siete puntos porcentuales después de la caída del Gobierno afgano y el rápido ascenso de los talibanes, que en pocos días tomaron por completo el control de Afganistán. La misma encuesta asegura que el 45% de los estadounidenses aprueba el desempeño de Biden, el nivel, de nuevo, más bajo alcanzado por el demócrata desde que asumió el cargo el 20 de enero. La presencia militar de EEUU en Afganistán ha costado miles de vidas y de billones de dólares a los estadounidenses, por lo que la mayoría de los participantes en la encuesta considera que la caótica salida ratifica que Biden ha tomado la mejor decisión retirando definitivamente las tropas del país afgano. Aún así, Biden se lleva la peor puntuación entre sus tres predecesores, que también estuvieron al frente de la guerra más larga de EEUU: Trump, Obama y Bush. La preocupación empieza a cundir entre el Partido Demócrata que teme un varapalo en las elecciones de mitad de mandato en noviembre de 2022. Los acontecimeintos de Afganistán y el devenir del Gobierno talibán probablemente siga marcando la política nacional en los meses (o años) venideros.
Por lo que la operación salida de Afganistán sigue dando que hablar, especialmente por la incertidumbre que todavía conlleva. «No puedo predecir cuál será el resultado final de esta operación (…) o que será sin riesgo de pérdida», reconocía Biden el viernes, dirigiéndose de nuevo a la nación tras las críticas recibidas desde la fallida retirada de los soldados de Kabul y tras asegurar que se trata de una de las operaciones de evacuación en transporte aéreo «más grandes y difíciles de la historia».
En la misma comparecencia, el presidente de EEUU dio a conocer que las fuerzas de seguridad estadounidense han sacado de Kabul a 13.000 personas en transporte aéreo desde el 14 de agosto y a otras 18.000 desde el mes de julio. Biden también confirmó, desde la Casa Blanca, que se reunirá con sus aliados la próxima semana «para establecer una estrategia conjunta con el fin de evitar que Afganistán vuelva a convertirse en fuente de ataques terroristas». Y es que otra de las fuertes críticas que ha recibido Biden estos días es la falta de coordinación con otros países como Reino Unido o Alemania, con quienes no se puso en contacto hasta el martes y miércoles de esta semana, respectivamente. Mientras tanto, el Pentágono tiene pruebas de que los insurgentes, aunque prometan lo contrario, están acosando a los afganos que tratan de abandonar el país tras la invasión. Una bomba de relojería.