La Razón (Cataluña)

Un nuevo curso polémico para Sánchez con Cataluña y Podemos

La aprobación de los Presupuest­os dependerá de la Mesa de Diálogo

- Toni Bolaño -

Hoy se reúne el Consejo de Ministros por primera vez tras las vacaciones estivales, lo que significa el inicio del polémico nuevo curso. Sánchez ha conseguido oxígeno por Afganistán y Marruecos, pero no es suficiente, porque los socios marcarán su estabilida­d y lo afronta con los temas que se arrastran desde antes del verano: la confrontac­ión permanente y, prácticame­nte nula relación con el PP, que sigue anclado en su negativa a la renovación de los órganos constituci­onales, como el Consejo General del Poder Judicial, y la Mesa de Diálogo con el independen­tismo catalán, que está pendiente de fecha para su celebració­n.

Hoy se reúne el Consejo de Ministros por primera vez tras las vacaciones estivales en lo que significa el inicio del nuevo curso polémico. El presidente del Gobierno lo afronta con los temas que se arrastran desde antes del verano: la confrontac­ión permanente y, prácticame­nte, nula relación con el PP que sigue anclado en su negativa a la renovación de los órganos constituci­onales, como es el caso del Consejo General del Poder Judicial, y la Mesa de Diálogo con el independen­tismo pendiente de fecha.

El PP ha arremetido durante todo el mes de agosto contra el Gobierno en tres temas muy concretos poniendo en entredicho las «vacaciones» del presidente: Afganistán, la devolución de menores en Ceuta, la crisis con Marruecos y el precio de la luz. Sin embargo, ha tenido un fin de semana productivo que ha dejado al PP con el paso cambiado o en fuera de juego, según se mire. Joe Biden telefoneó a Sánchez para tratar la crisis de Afganistán y los líderes europeos Charles Michel y Ursula Von der Leyen vinieron expresamen­te a Torrejón para dar cobertura al presidente, poniendo en valor el trabajo realizado en España para ayudar en la repatriaci­ón de afganos tras el vertiginos­o avance talibán que conquistó el país.

Por si fuera poco, Sánchez consiguió el aval de Marruecos para poner fin a la crisis diplomátic­a en boca, nada más y nada menos, del rey Mohamed VI. La crisis que se había convertido en un ariete de primer nivel para los de Pablo Casado se diluyó como un azucarillo tras la alocución del rey alauí que abre un nuevo tiempo en las relaciones con el país vecino. Nada se sabe de este nuevo tiempo pero en el mes de noviembre la ONU volverá a debatir sobre el estatus del Sáhara. Marruecos se sabe tocado por la crisis que desató en Ceuta, con toques de atención de su tradiciona­l aliado Francia, y quiere dar por zanjada el conflicto que culminará con la llegada, de nuevo, de la embajadora marroquí a Madrid. Como telón de fondo de esta situación, la devolución de los menores que fueron azuzados para pasar la frontera, donde el Gobierno cuenta con el apoyo del presidente Juan José Vivas.

El balón de oxígeno que ha recibido el presidente Sánchez, sin embargo, no es suficiente y mañana la Mesa del Congreso decidirá sobre su comparecen­cia. De momento, el PSOE no ha hecho pública su posición pero no se descarta que la apoye para rentabiliz­ar los éxitos obtenidos este fin de semana en la política internacio­nal que tiene una incidencia directa en la nacional.

Los principale­s problemas que deberá afrontar el presidente no se centran en el PP, sino en sus propios socios. Podemos está quejoso y dispuesto a tener un mayor papel protagonis­ta en asuntos como la subida de la luz que marca máximos casi a diario. El PP ha centrado sus ataques al Ejecutivo en este tema pero no es capaz de concretar una alternativ­a más allá de discursos críticos. Podemos sí que quiere esa alternativ­a y está dispuesto a forzar la máquina dentro del Gobierno así como en el tema de la devolución de menores en Ceuta, donde la ministra Ione Belarra ha encontrado su espacio de actuación después de estar desapareci­da desde que sustituyó a Iglesias.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no es Pablo Iglesias, pero quiere su espacio. El ejemplo lo tenemos en la reunión de la comisión que trabajó sobre la operación Afganistán. Díaz no estaba en un primer momento, pero estuvo en la reunión. Su relación Sánchez es fluida pero Podemos se deshincha como un globo encuesta tras encuesta, lo que hace presagiar que tratarán de recuperar espacio. En la cartera de Díaz no hay que olvidar que sigue la reforma laboral y la subida del salario mínimo, temas que pondrá sobre la mesa de inmediato.

La Mesa de Diálogo será de nuevo motivo de polémica desde esta misma semana. El independen­tismo está calentando el ambiente de cara al 11-S con lo que el lenguaje subirá en decibelios. La Mesa se convocará tras la Diada Nacional de Cataluña y hacon

Sánchez consigue oxígeno por Afganistán y Marruecos pero no es suficiente; los socios marcarán su estabilida­d

brá que estar atentos a lo que ocurra en los próximos días porque este 11-S podría titularse «todos contra ERC». Ni Junts, ni la CUP, ni Ómnium y mucho menos la ANC están por la labor de la Mesa de Diálogo. Para marcar posición favorable al diálogo, ERC ha puesto en juego a Oriol Junqueras y a Carme Forcadell. Sánchez tiene tres meses para dar impulso a su diálogo con el independen­tismo porque en paralelo se juega la aprobación de los Presupuest­os. Tiene un dato a favor: Aragonés también necesita aprobar los suyos.

En este tablero, Sánchez tiene que lidiar con la oposición de Podemos sobre la ampliación del aeropuerto de El Prat y las disensione­s internas en el seno de ERC y Junts. En septiembre debe aprobar AENA el presupuest­o y empezará la partida con Europa. Podemos está en contra. Junqueras terció en la polémica y se mostró partidario de la ampliación. Lo mismo que dijo la portavoz del PSC en el Parlament: sí a la ampliación pero no a cualquier precio.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en su visita a la base aérea de Torrejón
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