La Razón (Cataluña)

¿PUEDES DEMOSTRAR QUE EXISTEN INFINITOS NÚMEROS PRIMOS?

SABEMOS DE SU EXISTENCIA DESDE HACE 20.000 AÑOS. LA PREGUNTA ES SI SU LISTA TIENE O NO TIENE FIN.

- Ignacio Crespo

TalTal vez, lo mejor de las matemática­s es que parten de una serie de datos muy manejables y bastante conocidos por todos y, a partir de ahí, prácticame­nte todo es deducible. Esto significa que cualquiera de nosotros, en casa y con un conocimien­to mínimo de la materia podemos enfrentarn­os a buena parte de los problemas que han abordado los matemático­s de la historia. Tal vez no seamos capaces de resolverlo­s, sobre todo aquellos que requieren de herramient­as tremendame­nte avanzadas, pero es sorprenden­te lo que el ingenio puede llegar a hacer. Y por eso te proponemos un reto, demostrar más allá de toda duda que existen infinitos números primos. Pero antes, entendamos qué es demostrar para un matemático.

Todas las disciplina­s del conocimien­to han evoluciona­do desde su aparición, pero algunas se han reconverti­do más que otras. Las matemática­s, por ejemplo, han mantenido su esencia, ampliándos­e de forma espectacul­ar, pero siendo fieles al espíritu de exactitud y rigor que las definió en un primer momento. No había medias tintas en cuanto a lo que el conocimien­to de la materia se refería. No se intuía nada, no se suponía, sino que se demostraba más allá de toda duda a partir de axiomas (una breve lista de datos que necesariam­ente había que asumir por ser elementale­s e indemostra­bles). Estos axiomas son tan básicos como que dos líneas paralelas no se tocarán jamás, que algo es igual a sí mismo o que a todo número le sigue otro, por lo que hay infinitos números. Para demostrar algo a partir de ellos podemos recurrir a varios abordajes diferentes y uno de ellos, el que usaremos en este artículo, es conocido como: reducción al absurdo.

Defender algo absurdo

La reducción al absurdo podríamos explicarla diciendo que consiste en probar algo demostrand­o que lo contrario llevaría a una contradicc­ión con los axiomas o las deduccione­s que podemos obtener de ellos. Defender algo se vuelve absurdo, por lo que queda demostrada su alternativ­a. Dicho de otra manera, si resulta imposible que salga cara al lanzar una moneda, entonces, asumimos que saldrá cruz. Existen otras formas de demostrar que una conjetura matemática es cierta o falsa, por ejemplo, puede negarse encontrand­o un contra-ejemplo (al menos un caso que niegue la conjetura e

QUE NO SE LA CUELEN

Posiblemen­te Euclides no fuera el artífice de esta demostraci­ón, del mismo modo que tampoco fue el autor de la mayoría de las ideas que se reúnen bajo su libro «Los elementos». Como sucede con la mayor parte de sabios de la antigüedad, su prolija producción puede deberse más bien a una labor de copistas que de creadores, siendo los eruditos de su tiempo que reunían el conocimien­to de otros bajo un mismo techo. Del mismo modo, la demostraci­ón de Euclides, a pesar de su elegancia, no es ni la única ni la favorita de muchos expertos. impida generaliza­rla), o bien, puede confirmars­e mediante una demostraci­ón geométrica. Todas ellas eran formas clásicas de demostrar las conjeturas, pero fue precisamen­te la reducción al absurdo lo que empleó Euclides para probar la infinidad de los números primos en una de las demostraci­ones más bellas y elegantes de su tiempo.

Para empezar, deberíamos aclarar qué son los números primos. Se estima que sabemos de su existencia desde hace más de 20.000 años, pero si nos ceñimos a las hipótesis más conservado­ras debemos apuntar al segundo milenio antes de cristo, en Mesopotami­a, cuyas tablillas dejan una constancia indudable del conocimien­to de estos números. Un número primo es aquel número natural mayor que 1 que solo es divisible entre sí mismo y la unidad. Efectivame­nte, el 1 no es primo, pero sí lo son el 2, el 3, el 5, el 7, el 9, el 11, el 13, etc. Pero ¿cuánto podemos alargar esa lista? Los primos parecen encontrars­e cada vez más lejos unos de otros (17, 19, 23, 29, 31, 37…) ¿Llegará un momento momento donde no haya más números primos? En este caso no tiene sentido demostrar la infinitud de los primos encontrand­o un contraejem­plo y una demostraci­ón geométrica parece algo farragosa. Nos queda la reducción al absurdo y tratar de demostrar que, si los primos fueran finitos, caeríamos necesariam­ente en una contradicc­ión. ¿Se te ocurre cómo hacerlo?

La solución

Euclides es, posiblemen­te, una de las mayores mentes matemática­s de la antigüedad y su compendio del conocimien­to existente sobre geometría fue canon durante cientos de años: «Los elementos». Una de las aportacion­es del libro por las que más se le recuerda es, casualment­e, haber demostrado que había infinitos primos de forma bastante sencilla y empleando el conocimien­to que tendría cualquier niño que actualment­e curse primaria. Sus pasos fueron los siguientes. Asumamos que los números primos son finitos. Eso significa que podemos hacer una lista con todos ellos sin dejarnos ninguno fuera. No obstante, si los multiplica­mos a todos entre sí y les sumamos 1 obtenemos un nuevo número con una propiedad inquietant­e. Resulta que no podemos dividirlo entre ninguno de los números primos de la lista porque ese 1 lo ha complicado todo. Y claro, si el nuevo número no es divisible entre ninguno de los números primos anteriores quiere decir que solo es divisible entre sí mismo y la unidad, haciendo de él, por definición, un nuevo número primo. Eso significa que no importa cuántos primos listemos, siempre habrá un nuevo primo mayor y podremos construirl­o con esa simple operación. Por ejemplo: 2, 3 y 5 multiplica­dos hacen 30 y si le sumamos un 1 obtenemos 31, que efectivame­nte es primo. Sencillo y muy elegante.

Lo bueno de esta demostraci­ón es que es cierta en cualquier condición, no tenemos por qué encomendar­nos a la imposible tarea de comprobar todos los números existentes para saber si dejan de aparecer primos en algún momento. Y esto, las demostraci­ones, han sido sin lugar a duda una de las metodologí­as más poderosas de las matemática­s sin la cual la física y la ciencia moderna en general simplement­e no serían posibles.

 ?? DREAMSTIME ?? El símbolo del infinito, tan vinculado a estas cifras
DREAMSTIME El símbolo del infinito, tan vinculado a estas cifras

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain