España se ha convertido en el «hub» europeo de los refugiados
Desde 2015, Bruselas no consigue pactar cuotas obligatorias entre los Veintisiete. Merkel asegura que Alemania tratará de proseguir las evacuaciones tras el 31-A
La negativa de Joe Biden a continuar con las evacuaciones más allá del 31 de agosto impide que los países europeos puedan cumplir sus promesas de sacar del país, tanto a los afganos que han colaborado con las fuerzas occidentales durante todos estos años, como a personalidades prominentes, sobre todo mujeres, que en estos dos décadas se han destacado por su defensa de los derechos humanos y cuyas vidas corren ahora peligro. La frustración es el sentimiento dominante en las cancillerías. Después de que los países del G 7 fueran este martes incapaces de convencer al inquilino de la Casa Blanca sobre un cambio de parecer, con el objetivo de una prórroga de la misión más allá de finales de agosto, todo indica que ningún país europeo va a ser capaz de garantizar la seguridad de sus tropas tras la retirada de EE UU. Nos encontramos en los preámbulos de una nueva catástrofe anunciada, ya que el aeropuerto de la capital afgana puede quedar a merced de los talibanes incluso antes de finales de este mes.
La ministra de Defensa belga, Ludivine Dedonder, desveló ayer en una entrevista con varios diarios de su país que la Administración estadounidense ha urgido en privado al resto de los países para que terminen sus evacuaciones desde Afganistán este viernes. De hecho, Francia ya ha anunciado que el proceso puede terminar un día antes, hoy mismo, según reconoció ayer el ministro de Asuntos Europeos, Clément Beane, y Londres confía en que el proceso pueda prolongarse hasta el 31.
Reino Unido supone un caso especialmente sensible, ya que ha sido el país, tras EE UU, con más tropas y, por lo tanto, más colaboradores sobre el terreno, a los que se ve en el deber moral de auxiliar. Según las fuentes del ministerio de Defensa consultadas por «The Guardian», hay 2.000 personas, que durante estos años han trabajado como interpretes y otras funciones para las tropas y el Gobierno británicos, que aún permanecen en el país a la espera de ser evacuadas, a los que se une otra lista de casos especiales, cuyo número se desconoce, entre los que se encuentran activistas por derechos humanos, jueces y personas del colectivo LGTBI, aparte de un pequeño número de británicos que aún continúa varados en Afganistán. El ministro de Exteriores, Dominic Raab, reconoció que no sabe cuántas personas pueden quedar abandonadas a su suerte en el país tras la retirada.
Italia también ha asegurado, por boca de su ministro de Exteriores, Luigi di Maio, que, tras la salida de los soldados de EE UU, « no será posible, ni para nosotros ni para ningún país de la Alianza, mantener presencia alguna».
En cambio, desde Alemania Angela Merkel aseguró ayer que los esfuerzos para evacuar a las personas en riesgo no deben concluir con el fin del actual puente aéreo. En una declaración en el Bundestag, la canciller subrayó que la operación de evacuación debe continuar «tanto como sea posible» para «posibilitar la salida» de Afganistán a todas los afganos que se han posicionado por la democracia, el Estado de derecho y el desarrollo y ahora, por ese motivo, se sienten amenazados por los talibanes. En este punto, Merkel defendió los contactos que representantes de Berlín con los talibanes para facilitar la salida de los colaboradores locales y señaló que actualmente todas las «fuerzas» y toda la «atención» están volcadas en la operación de evacuación alemana. Hasta el momento, Alemania ha evacuado a más de 4.600 personas de 45 naciones de Afganistán, entre ellas 3.700 afganos.
Pero no solo se trata de las evacuaciones. Las autoridades europeas también han admitido que ahora mismo un existe un plan
europeo para reubicar a aquellos afganos que han trabajado directamente para las instituciones comunitarias y que han podido salir del país gracias a España, que ha improvisado un campamento de refugiados en Torrejón de Ardoz. Todo depende de la buena voluntad de los países europeos, ya que desde la crisis de 2015, debido a las llegadas masivas de sirios, el club comunitario ha fracasado una y otra vez en la posibilidad de poner en marcha un sistema de cuotas obligatorias o un mecanismo de solidaridad alternativo, ante este tipo de circunstancias excepcionales.
Tras la reunión del G-7, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, recordó que «el reasentamiento es voluntario». De momento, la Presidencia eslovena no ha convocado ninguna reunión de urgencia para abordar este asunto, aunque puede hacerlo según la evolución de los acontecimientos.
Tras las profundas diferencias entre los socios del Este y el Oeste durante la crisis de 2015, Bruselas ha hecho del blindaje de fronteras su máxima prioridad. Las heridas nunca se cerraron y siguen supurando. Por eso, la Comisión Europea baraja llegar a acuerdos con países terceros como Pakistán e Irán para que acojan a los demandantes de asilo a cambio de dinero, en una reedición del pacto con Turquía de 2016 y que las instituciones europeas consideran un éxito, ya que redujo de manera drástica las llegadas a suelo europeo a través de las islas griegas.