TURISMO ESPACIAL: ¿CUÁNTO TARDARÁ MARTE EN SER EL NUEVO BENIDORM?
Corrían los años noventa cuando Rusia aún conservaba las infraestructuras de la carrera espacial pero, sumida en una gran crisis tras la desintegración de la URSS, se planteó liberar uno de los asientos de sus naves Soyuz. Fue así como el empresario multimillonario de Los Ángeles, Dennis Tito, se convirtió en el primer turista espacial en el 2001 por el módico precio de 20 millones de dólares. Llegó hasta la Estación Espacial Internacional. Seis civiles más –hasta hoy– tendrían la misma suerte. En 2002, Mark Shuttleworth, CEO de Canonical, se convirtió en el segundo turista espacial y el primer sudafricano en el espacio. Pasó ocho días en la Estación Espacial Internacional, donde participó en experimentos relacionados con el Sida y la investigación del genoma. Le seguiría el estadounidense sexagenario Gregory Olsen, en 2005, y la ingeniera iraní-estadounidense Anousheh Ansari. Charles Simonyi fue el único turista que repitió en dos ocasiones: 2006 y 2009. Este año hemos vivido una especie de Guerra entre millonarios cuando Richard Branson, dueño de Virgin, se adelantaba a Jeff Bezos y despegaba junto con otros cinco tripulantes en el primer vuelo suborbital. El fundador de Amazon lo haría en el aniversario del alunizaje del Apolo 11 junto a su hermano Mark, Wally Funk –astronauta femenina que nunca logró salir al espacio–, y el joven Oliver Daemen tras ganar una subasta. En menos de dos años, no pocas empresas prometen asientos hacia el espacio a partir de 150.000 euros... ¿Cuánto tardará Marte en ser el nuevo Benidorm?