La Razón (Cataluña)

La impunidad separatist­a en la Meridiana: 500 días cortada

La avenida registrará este viernes medio millar de cortes en menos de dos años

- R.B.-

El independen­tismo se ha ido haciendo con las calles de Cataluña (de manera literal) durante la última década. Si bien, el tono de las concentrac­iones ha ido evoluciona­ndo mucho: arrancaron con un carácter cívico muy reivindica­do por los separatist­as («ni un papel en el suelo», presumían sus líderes) y ahora han mutado en tensión y, de forma esporádica, en violencia. En tensión o violencia porque cada protesta organizada acaba generando problemas de convivenci­a o, directamen­te, enfrentami­entos enfrentami­entos con los Mossos d’Esquadra.

En este sentido, una de las protestas que mayor revuelo genera en Cataluña por su constancia es la organiza el grupo independen­tista Meridiana Resisteix (Meridiana Resiste), que lleva desde el 14 de octubre de 2019 cortando la Avenida Meridiana –a la altura de la estación de Cercanías de Sant Andreu Arenal–, que es una de las principale­s arterias de entrada y salida a Barcelona, casi de forma diaria. En total, desde el 14-O han pasado 677 días y este viernes se registrará el corte número 500. Es decir, los independen­tistas cortan

Los separatist­as reciben casi a diario el permiso de la Generalita­t para organizar las protestas a la entrada de Barcelona

la Meridiana cada 1,3 días.

Y, además, lo hacen en un momento muy sensible del día: de 19.30 a 21 horas, cuando el tráfico en la zona es muy alto porque hay mucha gente que usa esa vía para volver del trabajo tanto para entrar en Barcelona como para salir. El caos que se arma es bastante notorio ya que la Guardia Urbana obliga a desviar por otras vías más estrechas a los coches que entran en la ciudad (Meridiana tiene cuatro carriles por dirección) y la estampa es elocuente y permite comprobar cómo el grupo independen­tista cuenta con la complicida­d de la Generalita­t: tan solo suelen congregars­e un centenar de manifestan­tes que no logran ni llenar toda la vía, que es ancha.

La complicida­d de las autoridade­s catalanas se puede ver de diversas maneras: con gestos, como el de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que se ha sumado en alguna jornada a los cortes; con palabras, como el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, que avala la protesta porque cumple con todos los requisitos legales; o, con decisiones, ya que el grupo debe contar cada día con el beneplácit­o de la Generalita­t para poder plantarse en la Meridiana -el grupo cuenta con el apoyo de la ANC, que es quien tramita las peticiones a la Generalita­t para hacer cortes-.

El malestar y los problemas de convivenci­a han estado desde el primer momento. De hecho, se han registrado escenas de mucha tensión ya que incluso en alguna ocasión algún conductor, harto del bloque de la avenida, ha hecho amago de circular por donde se encontraba­n los manifestan­tes, incluso a costa de arrollarlo­s (ahora esto ya no puede ocurrir porque la Guardia Urbana se encarga de ponerse al frente para evitar el acceso de coches). Ahora, esta oposición ha tomado cuerpo y se ha convertido ya en un grupo organizado, bautizado como Meridiana sin Cortes.

También hay que tener en cuenta el perfil de los vecinos que viven en la zona (no separatist­as). Es un barrio de tradición socialista y que en las pasadas municipale­s apoyaron a Colau. Nou Barris, distrito colindante, se lo llevó el PSC. A pesar de ello, los independen­tistas tienen previsto seguir: de hecho, ya han anunciado que el lunes vuelven a la carga diariament­e.

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EUROPA PRESS Imagen de un grupo de separatist­as en la avenida Meridiana

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