La Razón (Cataluña)

El virus del PSOE de Madrid

- Tomás Gómez

Se prepara un mes de septiembre calentito para el PSOE de Madrid. La situación de partida es dramática: tercera fuerza política regional por primera vez en la historia, la organizaci­ón muestra rasgos de descomposi­ción y un PP, de la mano de Díaz Ayuso, que apunta maneras para tener mayoría absoluta en las elecciones de 2023.

No le pudo salir peor la jugada a Sánchez que lideró toda la estrategia desde su despacho en Ferraz. Ahí reside el motivo por el que ahora prefiere mantener el control a puerta cerrada, para no volver a ponerse en el punto de mira si todo sale mal.

Unas escuetas declaracio­nes desde Moncloa aseguran que no habrá interferen­cias en el proceso de Madrid. A estas alturas no hay nadie que se lo crea. Sin embargo, ese terreno de medias verdades y niebla sobre la decisión cesariana genera miedo a los mandos intermedio­s, cuyo hueco en un ayuntamien­to o su escaño en la Asamblea de Madrid depende de adivinar cuáles son los deseos del líder. Ahí es donde se mueve bien Simancas. Suele convertir las verdades en medias mentiras por eso no se sabe nunca en qué cubilete está el garbanzo.

Ha visto el panorama y la fingida indefinici­ón federal y se ha apresurado a convocar, junto a la presidenta de la gestora socialista, a algunos dirigentes del socialismo madrileño, presentánd­ose como «la voz de Ferraz». El motivo es defender la candidatur­a de la delegada del gobierno, su antigua jefa de gabinete, bajo el argumento de ser la persona que debe integrar a los demás.

Desde 1999 el PSOE de Madrid sufre una enfermedad crónica llamada simanquism­o. Es parecido a la covid-19, viene por oleadas, la peor causó el estrago del tamayazo en el 2003, la diferencia es que, en este caso, aun no hay vacuna que lo erradique. Es un virus supervivie­nte. Apoyó a Madina frente a Sánchez en las primarias de 2014, aunque mutó y repartió un puñado de votos a cada uno.

Después, cuando la pugna era contra Susana Díaz, apoyó a Patxi López, pero, su variable delta pactó con los representa­ntes de Sánchez algunos apoyos, que le sirvieron para estar en el entorno de poder. En privado desprecia al líder socialista pero es el verdugo más diligente que podía encontrar. Ahora necesita un huésped en el que seguir creciendo y vuelve a sus orígenes, Madrid.

Sánchez tendrá muchos defectos pero no es tan tonto como para darle a Simancas el control de la federación que tantos dolores de cabeza le ha ocasionado. Ya veremos si el movimiento de Simancas hace desistir a alguno de los otros dos candidatos. De momento ha enfriado algunos apoyos del joven Lobato. Javier Ayala, más experto, y con poder territoria­l, se perfila cada día un poquito más. Ya veremos si consigue que su antecesor, Manuel Robles, consigue superar la cronicidad del virus que le infectó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain