La Razón (Cataluña)

Casado critica a Sánchez por utilizar Afganistán

Moncloa asume por ahora que no habrá ruptura traumática, pero tampoco «acuerdo de paz»

- Carmen Morodo -

Mientras Sánchez ha decidido frenar la negociació­n en Cataluña y se volcará en Afganistán, su rival, Pablo Casado, abrió ayer el curso político en Galicia con duros ataques al

Gobierno por celebrar como un éxito la evacuación de Afganistán, algo que no ha hecho ningún otro presidente europeo. Con respecto a la crisis afgana, Moncloa asume que por ahora no habrá ruptura traumática, pero tampoco «acuerdo de paz». Sánchez ha encontrado una plataforma desde la que darse aire a nivel europeo, donde se siente mucho más cómodo. Por su parte, Casado insistió en el «reformismo» de su partido y que cuando llegue a la Moncloa colocará a España «en el lugar que se merece».

El verano no ha sido nada productivo en la negociació­n bajo cuerda que llevan meses manteniend­o el Gobierno y la Generalita­t catalana. «Está todo parado», es el resumen más gráfico que hace uno de los «mediadores» en la sombra del diálogo entre las dos partes. La justificac­ión oficial dice que hasta después de la celebració­n de la Diada, el 11 de septiembre, no habrá novedades, y al Gobierno no le viene mal porque en Moncloa están convencido­s de que deben volcarse por completo en la crisis afgana por obligación de Estado, pero también porque creen que es un tema que puede dulcificar su imagen y acercarlos a la ciudadanía. «Ahora mismo sólo existe Afganistán». Pedro Sánchez ha encontrado una plataforma desde la que darse aire a nivel europeo, donde se siente mucho más cómodo que en la arena doméstica, y desde la que, además, ofrecer una imagen de solidarida­d y compromiso que silencia la presión social de la parte morada del Ejecutivo. La política internacio­nal no da votos, dicen los expertos, pero en Moncloa han visto un flanco desde el que, al menos, cambiar el foco de otras cuestiones domésticas mucho más incómodas, como el precio del recibo de la luz.

En los ánimos socialista­s hay cambios bastante perceptibl­es en cuanto a las expectativ­as del diálogo bilateral con la Generalita­t y del futuro de la «mesa» entre gobiernos. La drástica remodelaci­ón del Consejo de Ministros, la salida del «gurú», Iván Redondo, y la revisión estratégic­a por parte de un desgastado Pedro Sánchez pueden ser factores que hayan tenido su influencia en este ejercicio de realismo sobre los márgenes de acuerdos con ERC. Hasta los más convencido­s del diálogo te dicen hoy que son «moderadame­nte optimistas». «Ambos estamos interesado­s en llegar a las elecciones sin una ruptura traumática. Pero tampoco cabe esperar ya un acuerdo de paz. Habrá dialogo, tiras y aflojas...».

Detrás de este actualizad­o análisis hay claves muy significat­ivas. significat­ivas. Desde la parte del Gobierno vienen a reconocer que saben que la «mesa» tiene mucho de representa­ción, un teatro que a ERC y al PSOE les conviene manejar sin hacerse demasiado daño porque lo que está en juego a medio plazo es la rentabilid­ad que una y otra parte puedan sacar de este diálogo en las próximas citas electorale­s. Con sólo mantener abierta la negociació­n ya se dan por contentos, un cambio radical respecto a las previsione­s que se aireaban desde Moncloa en la etapa anterior a la amplia remodelaci­ón del Gobierno de julio. Entonces «vendían» que la negociació­n era una especie de gran operación de Estado, en la que el «sanchismo» sería capaz de pasar a la historia por el acuerdo con el independen­tismo, como en su día lo hizo el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con el final de ETA. Un antes y un después, que hoy reducen a la voluntad de mantener abiertos los puentes.

Moncloa cree que en estos meses se ha confirmado su previsión de que la polémica de los indultos a los líderes del «procés» quedaría «muy rápido» absorbida por el precipitad­o discurrir de la realidad política, y que pasaría «en nada» al olvido de la opinión pública, sin margen para que la oposición pudiera seguir dando la batalla en la calle con esta cuestión. De momento, las encuestas reflejan que el proceso de desgaste de la coalición continúa en marcha, marcha, como así lo confirma el sondeo de agosto de NC Report que publica este diario.

En este nuevo curso político, que arranca en septiembre, se someterá a examen la apuesta del Gobierno por reconducir su derrumbe con la ayuda del desembolso europeo y de la recuperaci­ón económica. Con la salida de Moncloa de Iván Redondo parece

Sánchez ha encontrado una plataforma desde la que darse aire a nivel europeo, donde se siente mucho más cómodo

que se ha atemperado el idealismo con el que el «sanchismo» miraba al problema catalán, aunque las vías de contacto permanezca­n abiertas, con el nuevo ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaño, al frente de esta interlocuc­ión, igual que del diálogo con el resto de socios del Gobierno. Moncloa no quiere que la bandera independen­tista quite recorrido a la proyección de su discurso económico, pero está en manos de sus socios.

La construcci­ón teórica del Gobierno sigue dependiend­o en su estabilida­d de la voluntad de ERC. Sobre esta hipoteca la parte socialista quiere imponer su confianza en que los fondos y la llave del dinero hará que «todos acaben pasando por el aro», también los barones de la oposición. La Conferenci­a de Presidente­s de Salamanca fue la primera señal de hacia dónde apunta la política del Gobierno en la relación con las comunidade­s: más fotos, más representa­ción de diálogo, pero dejando fuera a Pablo Casado.

 ?? EUROPA PRESS ?? Pablo Casado abrió el curso político de los populares gallegos en Pontevedra acompañado por Alberto Núñez Feijóo
EUROPA PRESS Pablo Casado abrió el curso político de los populares gallegos en Pontevedra acompañado por Alberto Núñez Feijóo
 ?? EFE ?? Pablo Casado, en la apertura del curso político de los populares gallegos en Pontevedra
EFE Pablo Casado, en la apertura del curso político de los populares gallegos en Pontevedra

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