«Son todos perros, ertzainas, guardias y policías forales»
Insultos a las Fuerzas de Seguridad en el «Ospa Eguna» de Alsasua
Acusaron a los agentes de aprovecharse de la pandemia de coronavirus para ejercer un control social sobre la población
«Siempre hemos tenido claro lo que es un perro: un perro es un policía foral, un guardia civil, un ertzaina o un gendarme de lo que oprimen el norte del Euskal Herria (Francia)». Ésta es una de las frases pronunciadas el sábado al final del acto celebrado en Alsasua (Navarra), en el que, como es habitual, se atacó a las Fuerzas de Seguridad, aunque en esta ocasión los organizadores no sacaron los típicos monigotes, en especial de la Guardia Civil.
Se pretendía, según fuentes antiterroristas, dar un «perfil bajo» a los actos, dados los pactos que EhBildu mantiene con los socialistas para mantener los gobiernos de Madrid y Pamplona. Sin embargo, en los discursos finales, pronunciados en español y en euskera, los organizadores aprovecharon para atacar a las Fuerzas de Seguridad que «ni las queremos, ni las necesitamos».
Acusaron a los agentes de aprovecharse de la pandemia de coronavirus para ejercer un control social sobre la población, todo ello apoyado por los medios de comunicación social que, según ellos, criminalizan a los que se oponen a este aumento de la represión.
No se descarta que, a la vista de los insultos proferidos, algún sindicato policial u organización profesional ejerzan las acciones oportunas contra los organizadores del «Ospa Eguna» 2021.
Durante el acto, en el que participaron unas 400 personas, se entonó el conocido «que se vayan» dedicado a las Fuerzas de Seguridad. En los citados discursos se las consideró una herramienta para poder controlar al pueblo al servicio del capital, mediante la realización de detenciones y la imposición de multas.
El «Ospa Eguna», del que ya se han celebrado diez ediciones, en algunas de las cuales se llegó a ridiculizar a las instituciones, entre ellas la Corona, forma parte de la estrategia del mundo proetarra, puesta en marcha cuando la banda aún mataba, para echar a las Fuerzas de Seguridad del País Vasco y Navarra. «Alde Hemendik», «iros de aquí», era el lema general.
Se combinaban las acciones criminales contra los agentes con una campaña permanente, asfixiante, contra los miembros de las Fuerzas de Seguridad y, singularmente, contra sus familias.
Alsasua, por la importante presencia de la llamada izquierda abertzale, se ha convertido en un símbolo de estas campañas, que tuvieron su cima en la agresión que sufrieron dos agentes de la Guardia Civil, junto con sus parejas. Desde entonces, pese a la condena de los atacantes, se ha desarrollado una campaña para dar una vuelta a los acontecimientos y presentar los hechos como una simple «riña tumultuaria».
Al cabo de diez años, la sensación que existe entre las Fuerzas de Seguridad y las víctimas del terrorismo es que lo de Alsasua es el ejemplo de una absoluta impunidad para los que organizan una serie de actos detrás de los que se trasluce un odio hacia las Fuerzas de Seguridad y un desprecio hacia las víctimas.