Los dueños de un hotel devuelven un hallazgo de la IGM
Los empresarios americanos contactaron con los descendientes de un combatiente británico
SiSi hace unos días se hacía viral el rencuentro entre un soldado americano y unos niños italianos a los que perdonó la vida en la II Guerra Mundial, ahora otro soldado vuelve a ser noticia un siglo más tarde. En este caso se trata de un combatiente de la I Guerra Mundial.
El matrimonio americano Whit y Kim Hanks adquirió el Old Bell Hotel sin saber que albergaba una pequeña «reliquia» en su interior. En este complejo ubicado en Malmesbury encontraron una caja con papeles que pretendían homenajear al capitán John Robert Landon y que en cambio han caído en el olvido.
Esta pareja, con visible sentimiento patriótico, lejos de resignarse y aceptar el paso del tiempo, tiempo, se ha empeñado en devolver estos hallazgos a la familia del capitán, haciendo así justicia a la memoria de este caído que perdió la vida en la batalla del Somme en 1916. Por si esto fuera poco, algunos de los documentos encontrados también mencionan a su hermano William, quien también se alistó en las tropas pero sobrevivió a la contienda. Incluso estos manuscritos, recogen un texto firmado por el mismo Rey Jorge V, junto a un pergamino que recibieron cada uno de los familiares que perdieron a un miembro de las Fuerzas Armadas británicas. Se calcula que en 1919 se emitieron 1,1 millones de esta clase de comunicados.
En declaraciones a la BBC, Whit Hanks, uno de los dos descubridores asegura que los documentos se han conservado en buen estado y legibles, lo que podría aumentar el valor de estos excepcionales testimonios de uno de los conflictos bélicos más importantes de la historia, para muchos historiadores el de mayor trascendencia. Pero la intención de estos descubridores nunca fue lucrarse, sino hacer justicia.
Más allá de los comunicados oficiales y las condolencias de la familia real, la documentación venía acompañada por una fotografía de la familia Landon al completo, que se calcula que fue tomada en el año 1910, más de un lustro antes de la famosa batalla. El capitán Landon tenía 28 años cuando fue atacado el 3 de septiembre de 1916 cerca del pueblo francés de Guillemont, que quedó devastado.
Whit Hanks ha reconocido que le sorprendió mucho el hallazgo, aunque también lamenta que en Estados Unidos no haya cultura de hacer este tipo de reconocimientos. Sin embargo, desde el primer momento fue consciente del valor histórico de estos documentos y se le ocurrió intentar contactar con sus descendientes vivos, aunque posiblemente ya fueran bisnietos. Además de con este hallazgo, al capitán Landon también se le reconoce su baja en el Thiepval Memorial, que conmemora la muerte de más de 72.000 militares británicos y sudafricanos que murieron durante la guerra y no tienen tumba conocida. Landon era de una familia de clase media de Shenfield, Essex, que asistía a las escuelas de Brentwood y Felsted, antes de trabajar en negocios en la India. Una placa que celebra su vida se inauguró en la iglesia parroquial de Shenfield en septiembre de 1917. Sin embargo, su hermano William no pasaría el resto de sus días allí, sino en Banbury, Oxfordshire, donde murió mucho tiempo después, a los 92 años en 1978.