VUELTA A LA ANTIGUA ANORMALIDAD
NoNo es el Paseo de la Castellana de Madrid, ni la Diagonal de Barcelona durante el confinamiento antes de la mal llamada «nueva normalidad». Lo que la imagen nos muestra es una de las principales calles de la ciudad de Melbourne, en Australia, capital en otro tiempo del país y que ahora lo es solo del estado de Victoria, el segundo más poblado, por detrás de su vecino Nuey va Gales del Sur. Estos estados, junto con el territorio de la capital australiana, Canberra, han estado encerrados durante semanas y se preparaban para relajar las restricciones, pero están registrando nuevos récords de contagios, lo que pone en cuestión si volverán a la normalidad o en qué grado aliviarán las medidas para evitar infecciones. Australia, como su vecina Nueva Zelanda, ha sido ejemplo de lucha contra la pandemia, habiendo registrado muy pocos contagios y controlado los brotes que surgían, con cerca de 50.000 casos
993 fallecimientos, pero ahora se enfrenta a la variante más contagiosa, que ha golpeado especialmente Sydney y Melbourne, lo que ha hecho que se pongan en duda las medidas tomadas por las autoridades, a la vez que se critica el lento avance del proceso de vacunación que hasta el momento ha alcanzado solo al 33,7 por ciento de los mayores de 16 años, algo menos de 7 millones de personas. Parece que los australianos se encaminan a la aceptación de que los contagios son inevitables y que la estrategia va a pasar por adaptarse a la situación y aprender a vivir con el virus, como si de la gripe se tratase, algo que en teoría podría funcionar, siempre que no surja una nueva variante más letal.