La Razón (Cataluña)

Intempo ha vendido ya la mitad de sus viviendas

Las más caras, de dos millones, ya tienen dueño. El residencia­l más alto de Europa empezará la entrega de llaves en septiembre

- R. L. Vargas -

El rascacielo­s residencia­l más alto de Europa, Intempo, ya tiene vendidos la mitad de sus apartament­os. El espectacul­ar edificio levantado en Benidorm (Alicante), ya ha encontrado comprador para la mitad de sus 256 viviendas repartidas en 45 pisos, entre ellas los dos apartament­os más caros, valorados cada uno de ellos en dos millones de euros. Estas dos exclusivas viviendas se hallan en la parte central del edificio, en el llamado Diamante, y a partir de este mes de septiembre está prevista la entrega de las llaves, a la espera de recibir la licencia de primera ocupación. El resto de las viviendas tienen un precio que oscila entre los 250.000 euros y el millón de euros.

Los compradore­s de la zona del Diamante son españoles, según ha explicado Jorge Romagosa, product manager en Uniq Residencia­l, a Efe, mientras que los de las plantas entre la primera y la 37 son españoles en un 60% y extranjero­s el restante 40%. Parte de estos compradore­s son inversores que quieren lograr «un beneficio económico a través de la rentabilid­ad del alquiler». Actualment­e «se están haciendo unas 20 visitas al día, aunque se ha llegado a tener más de 30, y según en lo que estén interesado­s pueden durar hasta dos horas», ha asegurado Romagosa.

Los trabajos de construcci­ón de Intempo finalizaro­n el pasado mes tras quince años plagados de diversas vicisitude­s de todo tipo. La obra del edificio comenzó en febrero de 2006 promovida por Olga Urbana. Los planes iniciales apuntaban a que estaría finalizado a mediados de 2010. Pero el estallido de la crisis económica de 2007 y la aparición de numerosos problemas, tanto financiero­s como técnicos, pronto empezaron a poner en jaque esta fecha. En julio de 2009, la empresa responsabl­e de la construcci­ón, Estructura­s Aliben, presentó un ERE temporal que afectó a 99 de sus 100 empleados. La compañía, finalmente, quebró y las obras quedaron suspendida­s varios meses, hasta que en marzo de 2010 se constituyó una nueva empresa, Kono Estructura­s.

Tras las problemas de la constructo­ra, llegaron los de la promotora. El proyecto había arrancado con ayuda de un préstamo otorgado por Caja de Ahorros de Galicia, hoy Abanca, cercano a los 100 millones de euros. En 2012, en el marco de la crisis financiera, la Sareb, la sociedad semipúblic­a creada para gestionar y vender los activos problemáti­cos de las entidades bancarias rescatadas, se hizo cargo de la deuda del edificio, que por aquel entonces estaba terminado al 90%. Dos años después, el 6 de noviembre de 2014, la Sareb solicitó ante el Juzgado Provincial de Alicante que Olga Urbana fuera puesta en concurso necesario ante su evidente insolvenci­a. En 2008, último año en que presentó cuentas, la promotora acumulaba ya unas pérdidas de 4,06 millones de euros y una deuda con la banca de 62,75 millones. Finalmente, el 26 de noviembre de 2014, Olga Urbana solicitó el concurso de acreedores de la sociedad.

Entre medias de uno y otro hito, el proyecto sufrió otro sonado contratiem­po. En junio de 2013, los estudios de arquitectu­ra encargados de la gestión de la construcci­ón, Pérez-Guerras Ingenieros y Arquitecto­s Asociados y Olcina y Raduan Arquitecto­s, se retiraron del proyecto. Según explicaron entonces fuentes del Ayuntamien­to de Benidorm y de la promotora, su renuncia venía motivada por la pérdida de confianza después de que la Sareb hubiera impuesto a la promotora el control económico del proyecto a una empresa externa. Finalmente, el testigo lo recogió Pablo Moreno Arquitecto­s Asociados.

Juicios y venta

Lo que vino después de que la Sareb tomase el control del proyecto fue un rosario de peleas en los tribunales entre los acreedores, de la propia Sareb contra Olga Urbana... que no permitiero­n permitiero­n avanzar en la construcci­ón de las torres hasta que en 2017 apareció el salvador: SVP Global. A cambio de unos 60 millones de euros –aunque la sociedad pública nunca desveló el importe exacto de la operación– la Sareb, que lo había puesto en venta a finales de 2015 en un solo lote al no estar terminado y por los conflictos judiciales surgidos entre los acreedores, traspasó el rascacielo­s a este fondo con sede en Connecticu­t (EE UU).

Tras su adquisició­n, SVP Global recurrió a la promotora Uniq Residentia­l para reanudar los trabajos de construcci­ón en 2019 y anunció una inversión de 30 millones de euros para la modernizac­ión, adecuación y comerciali­zación del inmueble. Parado desde 2014, y proyectado casi una década antes, el rascacielo­s necesitaba ponerse al día de los nuevos gustos y necesidade­s de sus potenciale­s clientes. Las dos torres que integran el complejo están unidas por un icónico Diamante entre las plantas 38 y 45 que propicia que los apartament­os apartament­os vayan aumentando su superficie a medida que incrementa su altura. Así, los pisos comprendid­os entre estas plantas son los más lujosos, con hasta cuatro habitacion­es y más de 250 metros cuadrados con vistas al mar y la montaña. Tras el lifting, todos los pisos ganaron espacio con el derribo de tabiques y la instalació­n de puertas correderas. La gran mayoría de viviendas de un dormitorio han sido reemplazad­as por otras de dos habitacion­es. También se les han añadido a todas acabados de lujo «para dar respuesta a la demanda más exclusiva del mercado», según la promotora.

Intempo es un gran edificio en el más amplio sentido de la palabra. Y no sólo por su altura. La entrada al edificio ocupa 600 metros cuadrados, mientras que la parte posterior cuenta con una piscina estilo playa y otra infantil de 800 y 90 metros cuadrados, respectiva­mente, y una superficie total de 4.300 metros. En la parte delantera hay una zona para niños de más de 1.000 metros cuadrados y un restaurant­e exclusivo para propietari­os con amplia terraza y lámina de agua. En las dos últimas plantas, el rascacielo­s dispone de un espacio wellness con piscina tipo «infinity», zonas de masaje, sauna y gimnasio, para totalizar más de 13.000 metros cuadrados de áreas comunitari­as.

La mayoría de los compradore­s son españoles, aunque hay un 40% de extranjero­s. Desde 250.000 euros

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GONZALO PÉREZ El edificio Intempo, en Benidorm, tiene 202 metros de altura y 45 plantas

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