Hay que jugar hasta morir
ElEl momento en que los clubes se rebelaran contra el calendario de la FIFA estaba al caer, aún sin saber hasta dónde estarán dispuestos a llegar y si servirá realmente de algo. El punto de inflexión lo ha marcado el parón de selecciones de esta semana. Hay tres partidos internacionales de clasificación para el Mundial de Qatar en lugar de los dos que había siempre y es que la pandemia ha obligado a comprimir en exceso el calendario.
Los encargados de pagar los astronómicos sueldos de los jugadores no podrían contar con los internacionales
La necesidad de más ingresos conlleva un calendario insostenible
suramericanos para la cuarta jornada de Liga. Un esperpento. La Premier fue la primera en negarse a ceder a sus jugadores amparándose en la cuarentena que tendrían que hacer de vuelta al Reino Unido, pero los españoles se han sumado alegando, además, que los equipos ingleses contarían con ventaja en la primera jornada de la Champions al tener a sus mejores futbolistas más descansados. La realidad es que, ante la necesidad permanente de buscar más ingresos, el calendario es absolutamente insostenible y eso afecta directamente a que la calidad del juego que se ofrece al aficionado vaya bajando mientras los precios por ver esos mismos partidos siguen subiendo. Soluciones existen, pero no hay voluntad alguna. Ya saben, poderoso caballero es don dinero y sálvese quien pueda.