EL ORO DE «LA SIRENITA»
MICHELLE ALONSO SUMA SU TERCER ORO PARALÍMPICO EN LOS 100 BRAZA
CuandoCuando se abrió cuenta en Twitter en 2012, Michelle Alonso (Tenerife, 1994) se puso de nombre «La Sirenita Michelle» en honor al personaje de Walt Disney y con el que comparte la pasión por el agua, sobre el que ha vuelto a brillar por tercera vez consecutiva en unos Juegos Paralímpicos. En Tokio repitió el oro en los 100 metros braza, clase SB14 de discapacidad intelectual, que ya había logrado en Londres y Río.
En Tokio, una de sus ciudades favoritas y marcada por su afición al manga y el anime, ha cumplido varios de sus sueños. El primero fue desfilar el 24 de agosto en el Estadio Olímpico portando la bandera de España como abanderada junto con el ciclista valenciano Ricardo Ten y el segundo, seguir en lo más alto del podio como deportista.
En el agua se siente en libertad y por eso se identifica con el personaje de la Sirenita, que brazada a brazada sigue dando pasos hacía el olimpo de los más grandes paralímpicos. Muy atrás queda 2001 cuando con siete años Michelle encontró en la natación una de sus grandes pasiones. Por el camino hubo momentos malos, como cuando estuvo a punto de abandonar debido al distanciamiento con algunas compañeras de su club, pero también otros muy buenos, como cuando conoció a su entrenador, José Luis Guadalupe, «Guada», a través de la nadadora Dácil Cabrera Flores.
Guada pronto vio el potencial de Michelle y la invitó a formar parte del Club Ademi Tenerife, en el que estuvo entre 2009 y 2018, cuando pasó al C.D Midayu Tenerife. La constancia, la fuerza de voluntad y la rectitud a la hora de seguir con la estricta pauta marcada la llevaron a su debut en Londres cuando tenía 18 años. Ganó el oro en la prueba de los 100 braza y ahí comenzó el reinado en su disciplina. Lo mantuvo en Río cuatro años después y ahora, en la piscina del Centro Acuático de Tokio, volvió a demostrar de quién es la corona.
Michelle Alonso accedió a la final con el mejor tiempo de las series clasificatorias (1:13.35), cuatro segundos por debajo del segundo mejor crono que marcó la australiana Paige Leonhardt. En la final el resultado fue aún mejor para Michelle. El dominio de la tinerfeña se impuso y certificó su victoria con un tiempo de 1:12.02, rebajando la plusmarca mundial que ella misma poseía desde el 23 de abril de 2016 en Glasgow con 1:12.61.
«Sinceramente creo que esto es un sueño y todavía me tengo que levantar», comenta Michelle, con su eterna sonrisa, reconociendo que Tokio para siempre estará en su corazón. «Esta ciudad significa muchas cosas, principalmente emociones», asegura. «Voy a ser sincera, no me esperaba conseguir el oro, yo pensaba en la plata, no sabía cómo estaban mis rivales, sobre todo las inglesas, y encima he conseguido récord del mundo, que no me lo esperaba para nada», relata.
Debido a su juventud, 27 años, la progresión de Michelle puede ser aún mayor, aunque la alergia y las lesiones son dos factores que empiezan a vislumbrar en su trayectoria deportiva. En el horizonte París 2024, quizá otra nueva ilusión para «La Sirenita» que pulveriza récords.