Diferenciar problemas
A la hora analizar el clima social los políticos deben diferenciar aquellos problemas que preocupan a la sociedad de aquellos otros que afectan directamente a la ciudadanía. En los últimos años la sociedad se ha sensibilizado tanto con determinadas cuestiones generales como el cambio climático, comunes al conjunto de los países, que éstas han conseguido convertirse en problemas que no sólo preocupan, sino que también afectan, porque a la mayoría de la sociedad le ha quedado claro que ese fenómeno termina perjudicando a cada persona.
Por su parte, los partidos populistas han conseguido que muchos votantes consideren que algunos problemas generales, como la inmigración, sean valorados como fenómenos que perjudican a la sociedad. Para ello utilizan argumentos diversos, como aquel de que los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los nacionales o compiten por las ayudas sociales.
Pero más allá de las estrategias de los partidos y de la evolución de la sensibilidad de la sociedad ante determinadas cuestiones, lo cierto es que desde hace años el CIS diferencia en sus barómetros ambos tipos de problemas. Y son los que afectan a directamente a los votantes los que determinan el estado de ánimo de una sociedad. Por eso es importante que los gobiernos den respuesta al conjunto de problemas que tiene un país, pero aún es mucho más importante que resuelva aquellos que perjudican directamente a su ciudadanía.
Entre estos casi siempre ha aparecido el desempleo, de un tiempo a esta parte el Covid y sus terribles efectos, y a ellos se ha sumado últimamente el precio de la luz. Este es un problema que está determinando el clima social, porque afecta a millones de ciudadanos, y ante el que es necesario demostrar mucha más empatía a la hora de tratarlo y medidas novedosas para intentar resolverlo.