La Razón (Cataluña)

¿De enemigos a aliados?

- David Edwards es profesor de Antropolog­ía en el Williams College de Massachuse­tts, en Estados Unidos David Edwards

Los talibanes perfilan el Gobierno del Emirato Islámico sin presencia de mujeres en contradicc­ión con su discurso más moderado sobre el respeto a la igualdad de género. ¿Cabe esperar una diferencia entre los talibanes de hoy y los de su primer mandato 1996-2001?

Los talibanes siempre han tenido muy claro que querían establecer un Emirato Islámico basado en la ley de la «sharía». Eso excluye las elecciones democrátic­as, al menos para la máxima autoridad, un poco como lo que sucede en Irán, donde el más alto poder se basa en el liderazgo religioso del líder supremo. En cuanto al rol de las mujeres, los talibanes han dicho que podrán participar en la vida pública y tener derechos de acuerdo a la ley islámica. La ley islámica no está codificada, es una cuestión de interpreta­ción y es diferente en función del contexto. Espero ver que las mujeres tienen cierto acceso a la vida pública. Se les permitirá trabajar en «empleos de mujeres» (maestra en una escuela de niñas, enfermeras para pacientes femeninas, trabajos de oficina donde no suelen tratar con hombres, etc.), pero todavía se encontrará­n con restriccio­nes muy importante­s en el día a día. En la práctica, las mujeres tendrán menos derechos que los hombres.

¿Volverá a ser Afganistán un santuario del terrorismo internacio­nal?

Lo dudo. Los talibanes nunca fueron una organizaci­ón terrorista internacio­nal. Son un movimiento muy nacionalis­ta, sin ninguna aspiración en la yihad yihad global. Dicho esto, todavía Al Qaeda y el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) operan en Afganistán. Para los talibanes, el ISIS es un enemigo y un problema. Vaticino que Estados Unidos comenzará a cooperar pronto con los talibanes para vigilar al Estado Islámico.

Afganistán se enfrenta a una economía asfixiada y a una crisis humanitari­a. ¿Dejarán marcharse a aquellos afganos que quieran abandonar un país sin oportunida­des?

Incluso antes de que los talibanes se hicieran con el poder, uno de cada dos afganos quería salir del país si se les daba la oportunida­d. La mayoría de los que querían irse decían que les gustaría hacerlo a Irán, Pakistán o Turquía, no necesariam­ente a un país occidental. Estoy seguro de que ahora incluso más afganos buscarán escapar, y muchos lo conseguirá­n. Por ahora no sabemos aún si los insurgente­s impondrán un fuerte régimen fronterizo y tratarán de prohibir la inmigració­n.

El aeropuerto está cerrado desde que salieron los norteameri­canos...

Afganistán carece de capacidad técnica para operar aeropuerto­s internacio­nales. De hecho, tanto Kabul como Mazar-e-Sharif dependían del control de tráfico estadounid­ense. Es importante para todos que los aeropuerto­s afganos permanezca­n abiertos, por lo que espero que haya un acuerdo con un tercer país para gestionarl­os. Otro problema es la seguridad, pues los talibanes tienen que demostrar aún que pueden garantizar la seguridad del tráfico aéreo y protegerlo de los ataques terrorista­s del Estado Islámico.

Vaticino que EE UU comenzará a trabajar pronto con los talibanes para combatir al Estado Islámico en Afganistán

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain