La participación de Guaidó en las elecciones marca las negociaciones
Arranca hoy la segunda ronda del diálogo entre Maduro y la oposición en México
El epicentro de la política venezolana se encuentra hoy en Ciudad de México. Las negociaciones entre el Gobierno y la oposición para alcanzar un acuerdo sobre las condiciones de las elecciones regionales venezolanas del 21 de noviembre se retoman en la capital azteca. Como paso previo a la nueva fase de diálogo, la oposición venezolana ha aceptado presentarse en bloque a estos comicios. Los antichavistas han hecho oficial una lista de unidad. El anuncio cobra especial relevancia tras la decisión de los principales partidos opositores de no presentarse a las elecciones presidenciales de 2018 ni a los comicios parlamentarios de 2020 acusando al Ejecutivo de censura y de amañar los resultados. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que «es digo de aplaudir el gesto». El mandatario de 58 años aseguró que «se ha abierto un ciclo de estabilidad política a través del diálogo». Considera que «cuando la oposición inscriba candidatos, reconocerá la legitimidad del Consejo Nacional Electoral y la Asamblea Nacional de 2020». El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, mantuvo ayer contactos con el Gobierno y la oposición venezolana para manifestarles su apoyo a estas conversaciones. Albares habló con el nuevo canciller de Venezuela, Félix Plasencia, y con los líderes opositores Leopoldo López y Henrique Capriles.
La primera ronda de conversaciones concluyó el domingo 15 de agosto con la intención de ambas partes de volver a sentarse en la mesa. Maduro y oposición pactaron negociar entre hoy y el lunes tras mantener «reuniones constructivas», como indicaron ambas delegaciones en un comunicado conjunto divulgado por la Embajada de Noruega. Tras cuatro intentos fallidos desde 2014, este proceso negociador presenta tantas expectativas como temores. Aparentemente, las condiciones para sellar un pacto son las mejores de los últimos años. La oposición pide unas elecciones «libres y justas» mientras que
Maduro reitera la necesidad de eliminar o rebajar las sanciones económicas impuestas a Venezuela por Estados Unidos, muchas de ellas implantadas en 2018 por el expresidente Donald Trump. La mediación directa de México en el conflicto venezolano muestra los avances de su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su papel negociador en las crisis regionales. AMLO aceptó la petición de Noruega de acoger las conversaciones «porque buscamos acuerdo entre las partes» tras los intentos fallidos de República Dominicana en 2018, con el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, y de Barbados
en 2019. La negociación pretende poner fin a más de cinco años en los que la oposición no ha aceptado los resultados electorales por falta de garantías. La UE, EE UU y Canadá observan con gran interés el proceso y han expresado su disposición a «revisar» las sanciones si la negociación avanza hacia «unas elecciones libres». AMLO busca la complicidad de Biden para estabilizar la región y reducir la migración. Pese a haber realizado un solo viaje oficial fuera de México en su visita hace un año al entonces presidente de EE UU, Donald Trump, AMLO ha reforzado su rol en la región. Obrador ha potenciado la tradición diplomática mexicana basada en la neutralidad y la no injerencia. El catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México, Ignacio Martínez Cortés, explica a LA RAZÓN que México fue elegido «puesto que no es interlocutor de uno o de otro» y «ofrece un territorio neutral». La petición del país nórdico a AMLO también se debe a la falta de alternativas: «No me imagino a Bolsonaro, a Duque en Colombia o a Piñera en Chile como mediadores. Son gobiernos demasiados ideológicos en las relaciones exteriores. El arte de la política es unir a los polos opuestos». El diálogo venezolano es el último golpe de efecto.